50 años del estreno de "Desayuno con diamantes"

 

 

El pasado 5 de octubre de 2011 se han cumplido 50 años del estreno de Desayuno con diamantes, una de esas películas colosales que permanecen en la retina del espectador y en la historia del cine.

Nada descubro si recalco que soy un fan irredento e insomne de Audrey Hepburn, y que su interpretación en esta película la considero una de las mejores, no ya de la actriz, sino de todas las actrices de la Historia. Basta con comprobarlo en mi perfil.

Tan importante efeméride me lleva a escribir algunas notas sobre el film, a rescatarlo para que, por ejemplo, sirva de plan de este domingo el revisitar esta fantástica película. Plan que, por supuesto, llevaré yo a cabo.

Empezando por el principio hay que decir que Desayuno con diamantes es la adaptación de la novela Breakfast at Tiffany's, escrita por el genio Truman Capote, y publicada por la editorial Random House en 1958. Situemos en su obra esta novela tras The muses are heard (1956) y a 8 años de publicar su obra capital, A sangre fría. Como anécdota cinematográfica, en el año en que se rodó la adaptación de la novela, 1961, él trabajó como guionista en esa gran película que es Suspense, de Jack Clayton, adaptando el relato de Henry James, Otra vuelta de tuerca.

El director del film fue el siempre elegante, Blake Edwards, uno de mis directores favoritos, recientemente fallecido en 2010. Con esta película, Edwards consigue su primer gran éxito, ya que venía de rodar películas un tanto irregulares como Buenos tiempos. De hecho, se puede decir que con Desayuno con diamantes enlaza la que será su cenit artístico con Chantaje contra una mujer, película que llevé a un finde precrítico, Días de vino y rosas y La pantera rosa.

Edwards no fue la primera opción, como siempre sucede en estos casos, ya que el proyecto fue inicialmente ofrecido a John Frankenheimer, que por aquel entonces apenas contaba con un film en su haber y no se había destapado como ese gran director de cine de intriga y de thrillers al que llegaría a ser.

Tampoco la pareja protagonista de George Peppard y Audrey Hepburn fue la primera opción. Nunca lo suelen ser.

Truman Capote no concebía el papel de Holly Golightly interpretado por otra mujer que no fuese Marilyn Monroe. Recordemos que la actriz falleció en trágicas circunstancias apenas un año después. De hecho, Capote reconoció que el personaje de Holly y sus circunstancias estaba basado en la propia vida de Marilyn Monroe. La Paramount había hecho su apuesta por Audrey Hepburn. No queda claro qué pesó más en la decisión. Si la elección de la Paramount o el hecho de que Monroe decidiese dejar de interpretar determinado tipo de papeles.

Audrey Hepburn fue finalmente Holly Goligthly. Este hecho conllevó que se difuminasen algunos rasgos de la Holly de la novela. En ésta, el personaje de Holly era bisexual, y se insinuaba que su profesión era la prostitución de alto standing.

En contraposición, Audrey le dio al personaje una sofisticación y una imagen que se ha convertido en un auténtico icono de la cultura gracias a su aspecto físico y al vestuario diseñado por Givenchy. Por esta interpretación, Hepburn ganó 750.000 $, colocándose en el segundo lugar del ranking de actrices mejor pagadas, tras Elizabeth Taylor.

Sobre esta interpretación, Hepburn dijo lo siguiente: "Soy introvertida. Actuar para ser una chica extrovertida es la cosa más difícil que he hecho en mi vida".

La opción anterior a Peppard era Steve McQueen, que acababa de actuar en Los siete magníficos y que, finalmente, se cayó del proyecto por otros compromisos. George Peppard finalmente acaba recalando en el proyecto siendo probablemente su película más aclamada y recordada.

Los cambios relativos a la personalidad y trabajo de Holly no fueron los únicos incluidos en el guión firmado por George Axelrod. Capote se puso furioso por el cambio realizado en el final del film que, lógicamente, no comentaré aquí, pero que, para quienes lo hayan visto, lógicamente acaba siendo el diametralmente opuesto al recogido en la novela.

Producto de otro cambio con respecto a la adaptación es la aparición del personaje de ese vecino, genial e insoportablemente, interpretado por Mickey Rooney. Como otra anécdota, por lo que se refiere el reparto del film, el español José Luis de Villalonga aparece en el film, interpretando a un millonario brasileño.

Otro de los aspectos míticos de este film fue la banda sonora creada por Henry Mancini y la inmortal Moon river (Mancini-Mercer), interpretada por Audrey Hepburn y que, según cuentan, estuvo a punto de caerse del montaje final. Hubiese sido una auténtica lástima. La carrera de Mancini está muy ligada a la de Blake Edwards, y esta película fue el despegue de una brillantísima carrera trufada de cuatro óscars de 17 nominaciones. Sus dos primeros óscars los obtiene con este film por Mejor BSO y Mejor canción. Por Moon River, claro está.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Fueron, además, los únicos dos óscars de esta película, que contaba con las nominaciones de Audrey como actriz principal, perdiendo contra Sophia Loren; mejor dirección artística y mejor guión adaptado. 1962, en los óscars, fue el año de West Side Story, de El buscavidas o de ¿Vencedores o vencidos?

Desayuno con diamantes, a pesar de toda la intrahistoria inherente a cualquier producción cinematográfica, es hoy día, a mi juicio, una de las cumbres del cine en cuanto a película que sabe manejar los tempos de la comedia, el drama, el romance y la elegancia. Para muchos, excesivamente naif y/o melosa. Para otros, una receta perfecta que nunca pasa de moda.

Cincuenta años después, una ocasión perfecta para revisitarla o, para los más afortunados, para descubrirla.

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