Cualquier cinéfilo guipuzcoano que se precie habrá pasado horas en aquellos incómodos cines de versión original, los cines Trueba, en Donosti. A partir de ahora podremos seguir viendo buen cine en versión original pero lo de la incomodidad se acabó. Renovados de arriba a abajo, con unos lucidos tonos fucsia, mejor sonido, mejores pantallas y sobre todo, butacas más cómodas con las que por fin los altos dejaremos de tener dolor de piernas y cuello.
Otra de las ventajas es el cambio de
proyectores, ahora digitales, lo que aparte de la mejor calidad de
imagen, facilitarán la circulación de copias en versión original
y, probablemente, podremos contar con una mejor oferta. Los pasillos
ahora están adornados con emblemáticas fotos del séptimo arte. Los
carteles del exterior han sido sustituidos por dos pantallas
dinámicas con el cartel de la película, algunas imágenes,
curiosidades...
¿El nuevo mercado?
Contra lo que se pudiera pensar, el
cine en versión original está funcionando bien en Donosti - nos
cuenta la gerente del grupo Sade, Coro
Odriozola. Probablemente por la costumbre que ha adquirido
la provincia a través del Zinemaldi. En un momento en el que las
ventas de entradas están bajando, han decidido apostar por un cine
de autor, para un espectador que sigue queriendo ver estas películas
en pantalla grande, con la calidad de un cine. Quizá los taquillazos
para jóvenes son los que más pueden resentirse hoy en día, nos
comenta Coro, pues a estos no les importa demasiado verlas en la
pantalla de un portátil y sin la mejor calidad. Por otro lado,
advierte que estos jóvenes son la "cantera" y que también es
necesario que aprenda na disfrutar del cine a este nivel.
Ciclos y otras actividades
culturales
Una de las novedades más interesantes
de esta nueva etapa es la incorporación de ciclos a la programación.
Ahora mismo tenemos en cartelera un ciclo con tres películas de
Polanski: El cuchillo en el agua, Repulsión y Cul
de Sac. Estoy seguro de que hay público más interesado en
revisitar en pantalla grande las grandes obras de la historia del
cine, antes que ser bombardeado con productos de consumo rápido.
Pero también proyectarán las óperas del Metropólitan de Nueva
York, teatro desde Londres, y están abiertos a todo tipo de
actividades culturales como pueden ser presentaciones de libros y
demás. Un nuevo modelo de negocio, más completo, con una oferta más
global.
El bar
Con el nombre de Zinema Corner, se abre
el bar que antes era Bocata. Lleno de carteles de cine, libros y
revistas, se respira cine por los cuatro costados. Además se puede
ver en una pantalla todo tipo de información, sobre la cartelera,
curiosidades, etc. Surge de la búsqueda de un lugar para prolongar
la experiencia, donde comentar la película, o simplemente pasar un
rato rodeado de cine.
Después de la presentación nos
proyectaron una bella película animada, El ilusionista, que
trataba de un viejo mago, pasado de moda. En definitiva, el viejo
arte enfrentado a las nuevas tecnologías, a las nuevas costumbres,
gustos y a los nuevos formatos, una metáfora muy conveniente para
estos pequeños cines de versión original frente al implacable
Internet. La gran diferencia, con el personaje protagonista, es que
este no se toma ninguna molestia en renovar su espectáculo para
adaptarlo a las necesidades del público.
En estos tiempos complicados para los
exhibidores, se puede tomar una posición de resignación y queja
constante hacia Internet, o bien se puede, como ha hecho el grupo
Sade, reforzar su negocio con una mejor y más variada oferta, con
una ambiciosa y arriesgada inversión. Está claro que para nosotros,
los cinéfilos de Gipuzkoa, es una gran noticia; espero que a ellos
les resulte rentable.