En plena Guerra de Secesión, varios soldados son apresados por el enemigo y, entre ellos, dos harapientos. Uno espigado, rubio y de mirada tranquila hasta la arrogancia. El otro bajito, ancho de hombros, sucio, moreno, mal afeitado, con cara de mala pieza. Responde al nombre de Tuco, y su compañero sencillamente jamás llega a desvelar el suyo.El más bruto, alto, fuerte, barbudo y pesado de los soldados que vigilan a este grupúsculo de prisioneros de guerra se a...
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