XI. Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián

Siempre es un gustazo sentarse en las butacas del teatro Victoria Eugenia de San Sebastián y más si es para disfrutar de una buena dosis de cine social y comprometido como el que se proyecta estos días. Mucho público en casi todas las sesiones de la decimoprimera edición de un arraigado Festival de Cine y Derechos Humanos. Más de una veintena de largometrajes y otros tantos cortos, además de actividades, exposiciones, seminarios y coloquios que completan una agenda de lo más interesante esta edición.

Para abrir boca empecé este festival situándome ante dos escenarios y dos maneras de contar historias bien diferentes. Por un lado la crudeza de Lore y el final de la Segunda Guerra Mundial. Y por otro lado el drama palestino-israelí hecho comedia de Un cerdo en Gaza.


Lore es el segundo largometraje de la cineasta australiana Cate Shortland que nos relata los días posteriores a la caída del nazismo en una Alemania que huele a tragedia en cada rincón del paisaje rural por el que nos conduce su protagonista. El final de una guerra con la mirada puesta en una familia estrechamente vinculada al régimen. La madurez obligada a la que se ve abocada la joven protagonista de la historia al quedarse a cargo de sus hermanos pequeños en un viaje para salvaguardarlos de las tropas aliadas que habían tomado el país.

Si digo la verdad, la fuerza con la que empieza la historia se disipa con el paso de los minutos. Personalmente me gusta el retrato que hace de los personajes en esa primera parte de la cinta. Y no sólo por la crudeza con la que nos pinta a cada uno de ellos, también porque consigue enseñarnos la caída de un imperio con tan sólo mostrarnos una casa y la familia que allí vive . Una presentación cruda y desgarrada que da paso al viaje que la protagonista de la historia emprende junto a sus hermanos pequeños. Es cierto que durante el viaje se recupera la crudeza inicial en varios momentos, pero me da la sensación que el ritmo excesivamente sosegado y la falta de respuestas a preguntas sobre lo que acontece, resta fuerza a la historia.



Un cerdo en Gaza es una de esas películas con las que conectas desde el primer minuto y a la que prácticamente no le sobra metraje y casi ninguna línea de guión. When Pigs Have Wings, título original de la cinta de Sylvain Estibal, parodia la convivencia entre palestinos e israelís en una zona tan pobre y devastada por los acontecimientos como es la Franja de Gaza. Una comedia que roza el surrealismo en muchos momentos y que consigue dar la vuelta a situaciones realmente dramáticas en un territorio como es Gaza, convirtiéndolas en aunténticos sketches.

Gran parte del mérito para que la película funcione la tiene su protagonista, Sasson Gabai. Una interpretación exquisita de un pobre pescador palestino que se ve envuelto en el embrollo de su vida. La clave para que esta comedia funcione reside en su mirada, en sus gestos y su capacidad para transmitir en cada escena, en cada minuto de metraje. Apuntada queda como seria candidata a ganar el premio de público al mejor largometraje.