El cine español: luces sombras y tinieblas
En España se hacen buenas películas, hay que reconocerlo. No muchas, pero si en una cantidad adecuada al tamaño del país, esto es lógico: somos un país pequeño, con un mercado limitado, y sin muchos recursos. Considerando estas limitaciones, la cantidad de películas de calidad aceptable que se hacen en España, es más que razonable.
Menos razonable resulta la gran abundancia de cine malo, que crece como los hongos a la sombra de la financiación pública. Esta lacra que inunda nuestras pantallas, al tiempo que vacía las salas de cine, se abre paso y consigue sortear de forma artificial las limitaciones que impone el mercado, al fomentarse desde las administraciones la existencia de una maraña de inútiles sin talento, que viven de la limosna sin dar pena, jugando a hacer cine sin saber lo que es, que lo único que consiguen con sus películas basura es reducir la calidad media del cine español a niveles próximos a cero.
En resumen, se dan las dos siguientes circunstancias que adornan nuestro paisaje cinematográfico:
- En España se hacen películas buenas e incluso excelentes
- El cine español por término medio es muy malo (porque se hacen muchas películas malas)
La conclusión es bien clara, pero la dejo para el final, y así mantengo la tensión y tal.
Alex de la Iglesia y los otros
En medio de este panorama, Alex de la Iglesia es un cineasta que siempre ha gozado de mis respetos como tal, o sea por su trabajo, no por sus opiniones o posicionamientos filosóficos, o políticos, que ni siquiera me interesan, ni por su cara bonita, que no es el caso, si no simplemente porque realiza películas de calidad, que es lo único que puede hacer por mi un señor que se dedica a esto.
Por su trabajo, y no por otra cosa, forma parte de un escaso grupo de creadores que no llegan a la docena que llevan sobre sus hombros todo el peso del buen cine español, y que además, como carga añadida, deben soportar como compañeros de viaje al nutrido grupete de limosneros y pedigüeños que tienen aburridas hasta a las marsopas con su cine experimental.
Alex for president
En los últimos años no le he hecho mucho caso a la academia de cine, porque tengo por cierto que las producciones potables del cine español tiene poco o nada que ver con su quehacer. Con todo, ha logrado captar mi atención estas semanas por la famosa polémica de la dimisión anunciada de Alex de la Iglesia en relación con ciertas disidencias con la cultura oficial de este país que es el Ministerio de Cultura. De modo que para salir de dudas me he puesto a hacer los deberes, en particular visualizando los discursos de apertura de Alex de la Iglesia de las galas de 2010 y 2011.
Pues he aquí que el bueno de Alex, además de cineasta notable, hace también buenos discursos.
En la gala de 2010 abrió su discurso, refiriéndose a las damas y caballeros que poblaban la sala repanchingados muy monos ellos en las gradas, con conceptos tan poco cinematográficos como %u201Chay que ser humildes...%u201D o %u201Cno somos importantes, importante es salvar vidas en un hospital...%u201D, dosis demasiado elevadas de realismo, me temo, para oídos tan poco acostumbrados. Después añade que hay que ser agradecido con quien te da de comer (se refiere al espectador no a la administración) y que la gente del cine debe dejar de mirarse el ombligo, además de otras lindezas por el estilo. Claro el plumaje de tanto pavo real junto se niega a plegarse. Las sillas no se arrastraban porque estaban clavadas al suelo, y el crujir de dientes no se escuchaba en el video, pero más de uno tuvo que visitar al dentista al día siguiente. Sin embargo es evidente que en el orden de necesidades del ser humano la mayoría están por delante del cine: comer, vestirse, educarse, tener una vivienda, salud, trasporte... El cine es una necesidad muy poco importante que está al fondo de la lista, compitiendo en el ranking con el tabaco, los parques de atracciones, las vacaciones en Almería y la prensa rosa (si, ya se que algunos dejaríamos de comer por poder ver una buena película, pero estoy hablando de gente normal)
No satisfecho con lo cual, en la gala de 2011, va el tío y se despacha dando a conocer a quien todavía no se haya enterado, que lamentablemente es muy buena parte de la sala, ministra de cultura incluida, que internet es el presente del cine, no ya el futuro, y que hay muchos miles de espectadores que lo son a través de la pantalla del ordenador. Toma gancho de realidad directo a la mandíbula
La princesa Sinde, pasen y vean, asiste a la puya, impasible el ademán. Se sabe el centro de la atención, y chupa cámara de manera premeditada, en un gesto largamente estudiado ante el espejo, morro perfectamente colocado a lo Marilyn cutre, mano en papo para tapar la mandíbula golpeada, y mirada neutra como el que está más allá del bien y del mal. Donde los mortales dudan ella sabe, tiene certezas, eso dice su pose.
Vamos a ver Alex ¿cómo quieres que después te salude la ministra diciendo esas cosas que dices?. Para tener éxito con esta gente chic, has de darles primero un poco de coba y después poner la mano %u201Cdami algo%u201D, como han hecho tus antecesores, y harán tus sucesores, arrastrarse un poco y mendigar vamos. Te lo tengo que explicar todo.
La cultura al poder
Alex, se va dejando atrás la presidencia, de una academia que no ha llegado a comprender del todo, o que la ha comprendido en exceso, que es lo más probable. Porque en esto de la comprensión hay grados. Para entender en su justa medida para que sirve la academia, hay que preguntarle a gente como Pilar Bardem, que no se pierde una gala. Nunca valió un higo como actriz, pero en cambio ha entendido muy bien cual es su sitio en el cine, ella hace su papel fuera de las películas, y así ha encontrado su modo de vida. Esta es una de las claves de la señora Bardem y de la academia, léase: el cine es lo de menos.
Otra clave más: la palabra %u201Ccultura%u201D. La estiras, la retuerces la cueces, la decoloras y la vuelves a colorear, la planchas y le cambias el peinado y ya está: ya le puedes llamar cultura a un bodrio de Julio Medem. Así la administración ya tiene el camino abierto para gastar en cultura financiando churros. Claro después eso hay que pagarlo, porque hay que ser agradecido con quien te da de comer (me refiero a la administración no al espectador)
El propio Berlanga peso pesado del séptimo arte, que no es sospechoso de nada, decía de la Academia, %u201Cpienso que no debería ser tan reivindicativa, funciona como si fuera un sindicato%u201D y lo decía desde su moderación de señor mayor que viene de vuelta de todo. Berlanga dicit.
La solución del cine español, tan fácil como difícil, o más
Si has llegado hasta aquí apreciado y singular lector, he de revelarte la solución a los problemas que tiene el cine español; en pago a tu benevolencia mereces conocella. Es la conclusión que en la primera parte deje para en final, cuando decía que.
- En España se hacen películas buenas e incluso excelentes
- El cine español por término medio es muy malo
Luego: hay que dejar de hacer cine malo, así de fácil. Hay que dejar de subvencionallo, así de difícil.
Cuando el solar tiene más valor que el edificio
Estimado Alex de la Iglesia, para que yo te animará a continuar al frente de la academia tendría que poder cambiar esta de tal modo que ni siquiera alguien con las ideas tan claras como las tuyas conseguiría reconstruir esa especie de edificio en ruinas. Sal de ahí cuanto antes, sacúdete las telarañas, y disfruta haciendo las películas que sabes hacer. Yo disfrutaré viéndolas.
Deja que se caiga la academia, y sus ocupas con todo lo que representan, y tu a lo tuyo. Es más, si te animas, en tus ratos libres, ayuda a empújala para que se vaya al suelo más rápido, es una diversión sana. La gravedad lentamente y yo muy humildemente estamos en ello. Es necesario reconstruir desde cero
El cine español: luces sombras y tinieblas
En España se hacen buenas películas, hay que reconocerlo. No muchas, pero si en una cantidad adecuada al tamaño del país, esto es lógico: somos un país pequeño, con un mercado limitado, y sin muchos recursos. Considerando estas limitaciones, la cantidad de películas de calidad aceptable que se hacen en España, es más que razonable.
Menos razonable resulta la gran abundancia de cine malo, que crece como los hongos a la sombra de la financiación pública. Esta lacra que inunda nuestras pantallas, al tiempo que vacía las salas de cine, se abre paso y consigue sortear de forma artificial las limitaciones que impone el mercado, al fomentarse desde las administraciones la existencia de una maraña de inútiles sin talento, que viven de la limosna sin dar pena, jugando a hacer cine sin saber lo que es, que lo único que consiguen con sus películas basura es reducir la calidad media del cine español a niveles próximos a cero.
En resumen, se dan las dos siguientes circunstancias que adornan nuestro paisaje cinematográfico:
- En España se hacen películas buenas e incluso excelentes
- El cine español por término medio es muy malo (porque se hacen muchas películas malas)
La conclusión es bien clara, pero la dejo para el final, y así mantengo la tensión y tal.
Alex de la Iglesia y los otros
En medio de este panorama, Alex de la Iglesia es un cineasta que siempre ha gozado de mis respetos como tal, o sea por su trabajo, no por sus opiniones o posicionamientos filosóficos, o políticos, que ni siquiera me interesan, ni por su cara bonita, que no es el caso, si no simplemente porque realiza películas de calidad, que es lo único que puede hacer por mi un señor que se dedica a esto.
Por su trabajo, y no por otra cosa, forma parte de un escaso grupo de creadores que no llegan a la docena que llevan sobre sus hombros todo el peso del buen cine español, y que además, como carga añadida, deben soportar como compañeros de viaje al nutrido grupete de limosneros y pedigüeños que tienen aburridas hasta a las marsopas con su cine experimental.
Alex for president
En los últimos años no le he hecho mucho caso a la academia de cine, porque tengo por cierto que las producciones potables del cine español tiene poco o nada que ver con su quehacer. Con todo, ha logrado captar mi atención estas semanas por la famosa polémica de la dimisión anunciada de Alex de la Iglesia en relación con ciertas disidencias con la cultura oficial de este país que es el Ministerio de Cultura. De modo que para salir de dudas me he puesto a hacer los deberes, en particular visualizando los discursos de apertura de Alex de la Iglesia de las galas de 2010 y 2011.
Pues he aquí que el bueno de Alex, además de cineasta notable, hace también buenos discursos.
En la gala de 2010 abrió su discurso, refiriéndose a las damas y caballeros que poblaban la sala repanchingados muy monos ellos en las gradas, con conceptos tan poco cinematográficos como %u201Chay que ser humildes...%u201D o %u201Cno somos importantes, importante es salvar vidas en un hospital...%u201D, dosis demasiado elevadas de realismo, me temo, para oídos tan poco acostumbrados. Después añade que hay que ser agradecido con quien te da de comer (se refiere al espectador no a la administración) y que la gente del cine debe dejar de mirarse el ombligo, además de otras lindezas por el estilo. Claro el plumaje de tanto pavo real junto se niega a plegarse. Las sillas no se arrastraban porque estaban clavadas al suelo, y el crujir de dientes no se escuchaba en el video, pero más de uno tuvo que visitar al dentista al día siguiente. Sin embargo es evidente que en el orden de necesidades del ser humano la mayoría están por delante del cine: comer, vestirse, educarse, tener una vivienda, salud, trasporte... El cine es una necesidad muy poco importante que está al fondo de la lista, compitiendo en el ranking con el tabaco, los parques de atracciones, las vacaciones en Almería y la prensa rosa (si, ya se que algunos dejaríamos de comer por poder ver una buena película, pero estoy hablando de gente normal)
No satisfecho con lo cual, en la gala de 2011, va el tío y se despacha dando a conocer a quien todavía no se haya enterado, que lamentablemente es muy buena parte de la sala, ministra de cultura incluida, que internet es el presente del cine, no ya el futuro, y que hay muchos miles de espectadores que lo son a través de la pantalla del ordenador. Toma gancho de realidad directo a la mandíbula
La princesa Sinde, pasen y vean, asiste a la puya, impasible el ademán. Se sabe el centro de la atención, y chupa cámara de manera premeditada, en un gesto largamente estudiado ante el espejo, morro perfectamente colocado a lo Marilyn cutre, mano en papo para tapar la mandíbula golpeada, y mirada neutra como el que está más allá del bien y del mal. Donde los mortales dudan ella sabe, tiene certezas, eso dice su pose.
Vamos a ver Alex ¿cómo quieres que después te salude la ministra diciendo esas cosas que dices?. Para tener éxito con esta gente chic, has de darles primero un poco de coba y después poner la mano %u201Cdami algo%u201D, como han hecho tus antecesores, y harán tus sucesores, arrastrarse un poco y mendigar vamos. Te lo tengo que explicar todo.
La cultura al poder
Alex, se va dejando atrás la presidencia, de una academia que no ha llegado a comprender del todo, o que la ha comprendido en exceso, que es lo más probable. Porque en esto de la comprensión hay grados. Para entender en su justa medida para que sirve la academia, hay que preguntarle a gente como Pilar Bardem, que no se pierde una gala. Nunca valió un higo como actriz, pero en cambio ha entendido muy bien cual es su sitio en el cine, ella hace su papel fuera de las películas, y así ha encontrado su modo de vida. Esta es una de las claves de la señora Bardem y de la academia, léase: el cine es lo de menos.
Otra clave más: la palabra %u201Ccultura%u201D. La estiras, la retuerces la cueces, la decoloras y la vuelves a colorear, la planchas y le cambias el peinado y ya está: ya le puedes llamar cultura a un bodrio de Julio Medem. Así la administración ya tiene el camino abierto para gastar en cultura financiando churros. Claro después eso hay que pagarlo, porque hay que ser agradecido con quien te da de comer (me refiero a la administración no al espectador)
El propio Berlanga peso pesado del séptimo arte, que no es sospechoso de nada, decía de la Academia, %u201Cpienso que no debería ser tan reivindicativa, funciona como si fuera un sindicato%u201D y lo decía desde su moderación de señor mayor que viene de vuelta de todo. Berlanga dicit.
La solución del cine español, tan fácil como difícil, o más
Si has llegado hasta aquí apreciado y singular lector, he de revelarte la solución a los problemas que tiene el cine español; en pago a tu benevolencia mereces conocella. Es la conclusión que en la primera parte deje para en final, cuando decía que.
- En España se hacen películas buenas e incluso excelentes
- El cine español por término medio es muy malo
Luego: hay que dejar de hacer cine malo, así de fácil. Hay que dejar de subvencionallo, así de difícil.
Cuando el solar tiene más valor que el edificio
Estimado Alex de la Iglesia, para que yo te animará a continuar al frente de la academia tendría que poder cambiar esta de tal modo que ni siquiera alguien con las ideas tan claras como las tuyas conseguiría reconstruir esa especie de edificio en ruinas. Sal de ahí cuanto antes, sacúdete las telarañas, y disfruta haciendo las películas que sabes hacer. Yo disfrutaré viéndolas.
Deja que se caiga la academia, y sus ocupas con todo lo que representan, y tu a lo tuyo. Es más, si te animas, en tus ratos libres, ayuda a empújala para que se vaya al suelo más rápido, es una diversión sana. La gravedad lentamente y yo muy humildemente estamos en ello. Es necesario reconstruir desde cero
El cine español: luces sombras y tinieblas
En España se hacen buenas películas, hay que reconocerlo. No muchas, pero si en una cantidad adecuada al tamaño del país, esto es lógico: somos un país pequeño, con un mercado limitado, y sin muchos recursos. Considerando estas limitaciones, la cantidad de películas de calidad aceptable que se hacen en España, es más que razonable.
Menos razonable resulta la gran abundancia de cine malo, que crece como los hongos a la sombra de la financiación pública. Esta lacra que inunda nuestras pantallas, al tiempo que vacía las salas de cine, se abre paso y consigue sortear de forma artificial las limitaciones que impone el mercado, al fomentarse desde las administraciones la existencia de una maraña de inútiles sin talento, que viven de la limosna sin dar pena, jugando a hacer cine sin saber lo que es, que lo único que consiguen con sus películas basura es reducir la calidad media del cine español a niveles próximos a cero.
En resumen, se dan las dos siguientes circunstancias que adornan nuestro paisaje cinematográfico:
- En España se hacen películas buenas e incluso excelentes
- El cine español por término medio es muy malo (porque se hacen muchas películas malas)
La conclusión es bien clara, pero la dejo para el final, y así mantengo la tensión y tal.
Alex de la Iglesia y los otros
En medio de este panorama, Alex de la Iglesia es un cineasta que siempre ha gozado de mis respetos como tal, o sea por su trabajo, no por sus opiniones o posicionamientos filosóficos, o políticos, que ni siquiera me interesan, ni por su cara bonita, que no es el caso, si no simplemente porque realiza películas de calidad, que es lo único que puede hacer por mi un señor que se dedica a esto.
Por su trabajo, y no por otra cosa, forma parte de un escaso grupo de creadores que no llegan a la docena que llevan sobre sus hombros todo el peso del buen cine español, y que además, como carga añadida, deben soportar como compañeros de viaje al nutrido grupete de limosneros y pedigüeños que tienen aburridas hasta a las marsopas con su cine experimental.
Alex for president
En los últimos años no le he hecho mucho caso a la academia de cine, porque tengo por cierto que las producciones potables del cine español tiene poco o nada que ver con su quehacer. Con todo, ha logrado captar mi atención estas semanas por la famosa polémica de la dimisión anunciada de Alex de la Iglesia en relación con ciertas disidencias con la cultura oficial de este país que es el Ministerio de Cultura. De modo que para salir de dudas me he puesto a hacer los deberes, en particular visualizando los discursos de apertura de Alex de la Iglesia de las galas de 2010 y 2011.
Pues he aquí que el bueno de Alex, además de cineasta notable, hace también buenos discursos.
En la gala de 2010 abrió su discurso, refiriéndose a las damas y caballeros que poblaban la sala repanchingados muy monos ellos en las gradas, con conceptos tan poco cinematográficos como %u201Chay que ser humildes...%u201D o %u201Cno somos importantes, importante es salvar vidas en un hospital...%u201D, dosis demasiado elevadas de realismo, me temo, para oídos tan poco acostumbrados. Después añade que hay que ser agradecido con quien te da de comer (se refiere al espectador no a la administración) y que la gente del cine debe dejar de mirarse el ombligo, además de otras lindezas por el estilo. Claro el plumaje de tanto pavo real junto se niega a plegarse. Las sillas no se arrastraban porque estaban clavadas al suelo, y el crujir de dientes no se escuchaba en el video, pero más de uno tuvo que visitar al dentista al día siguiente. Sin embargo es evidente que en el orden de necesidades del ser humano la mayoría están por delante del cine: comer, vestirse, educarse, tener una vivienda, salud, trasporte... El cine es una necesidad muy poco importante que está al fondo de la lista, compitiendo en el ranking con el tabaco, los parques de atracciones, las vacaciones en Almería y la prensa rosa (si, ya se que algunos dejaríamos de comer por poder ver una buena película, pero estoy hablando de gente normal)
No satisfecho con lo cual, en la gala de 2011, va el tío y se despacha dando a conocer a quien todavía no se haya enterado, que lamentablemente es muy buena parte de la sala, ministra de cultura incluida, que internet es el presente del cine, no ya el futuro, y que hay muchos miles de espectadores que lo son a través de la pantalla del ordenador. Toma gancho de realidad directo a la mandíbula
La princesa Sinde, pasen y vean, asiste a la puya, impasible el ademán. Se sabe el centro de la atención, y chupa cámara de manera premeditada, en un gesto largamente estudiado ante el espejo, morro perfectamente colocado a lo Marilyn cutre, mano en papo para tapar la mandíbula golpeada, y mirada neutra como el que está más allá del bien y del mal. Donde los mortales dudan ella sabe, tiene certezas, eso dice su pose.
Vamos a ver Alex ¿cómo quieres que después te salude la ministra diciendo esas cosas que dices?. Para tener éxito con esta gente chic, has de darles primero un poco de coba y después poner la mano %u201Cdami algo%u201D, como han hecho tus antecesores, y harán tus sucesores, arrastrarse un poco y mendigar vamos. Te lo tengo que explicar todo.
La cultura al poder
Alex, se va dejando atrás la presidencia, de una academia que no ha llegado a comprender del todo, o que la ha comprendido en exceso, que es lo más probable. Porque en esto de la comprensión hay grados. Para entender en su justa medida para que sirve la academia, hay que preguntarle a gente como Pilar Bardem, que no se pierde una gala. Nunca valió un higo como actriz, pero en cambio ha entendido muy bien cual es su sitio en el cine, ella hace su papel fuera de las películas, y así ha encontrado su modo de vida. Esta es una de las claves de la señora Bardem y de la academia, léase: el cine es lo de menos.
Otra clave más: la palabra %u201Ccultura%u201D. La estiras, la retuerces la cueces, la decoloras y la vuelves a colorear, la planchas y le cambias el peinado y ya está: ya le puedes llamar cultura a un bodrio de Julio Medem. Así la administración ya tiene el camino abierto para gastar en cultura financiando churros. Claro después eso hay que pagarlo, porque hay que ser agradecido con quien te da de comer (me refiero a la administración no al espectador)
El propio Berlanga peso pesado del séptimo arte, que no es sospechoso de nada, decía de la Academia, %u201Cpienso que no debería ser tan reivindicativa, funciona como si fuera un sindicato%u201D y lo decía desde su moderación de señor mayor que viene de vuelta de todo. Berlanga dicit.
La solución del cine español, tan fácil como difícil, o más
Si has llegado hasta aquí apreciado y singular lector, he de revelarte la solución a los problemas que tiene el cine español; en pago a tu benevolencia mereces conocella. Es la conclusión que en la primera parte deje para en final, cuando decía que.
- En España se hacen películas buenas e incluso excelentes
- El cine español por término medio es muy malo
Luego: hay que dejar de hacer cine malo, así de fácil. Hay que dejar de subvencionallo, así de difícil.
Cuando el solar tiene más valor que el edificio
Estimado Alex de la Iglesia, para que yo te animará a continuar al frente de la academia tendría que poder cambiar esta de tal modo que ni siquiera alguien con las ideas tan claras como las tuyas conseguiría reconstruir esa especie de edificio en ruinas. Sal de ahí cuanto antes, sacúdete las telarañas, y disfruta haciendo las películas que sabes hacer. Yo disfrutaré viéndolas.
Deja que se caiga la academia, y sus ocupas con todo lo que representan, y tu a lo tuyo. Es más, si te animas, en tus ratos libres, ayuda a empújala para que se vaya al suelo más rápido, es una diversión sana. La gravedad lentamente y yo muy humildemente estamos en ello. Es necesario reconstruir desde cero