El libro de Eli
Mal momento global para utilizar en el cine la palabra de dios, el que sea. El cine americano lo utiliza demasiadas veces para justificar la injustificable, como asesinatos en serie por ejemplo como en Resurrección. Flaco servicio le ha hecho Denzel Washington a su dilatada carrera. En el film no seria de los que pondrían la otra mejilla para nada. Si los hermanos Allen y ALbert Hugues nos querian ofrecer un modelo de vida, su vision de la fe, su gratitud a un ser superior, unas ideas espirituales y una profundidad de miras en el ser humano, lo único que han conseguido es mostrarnos el mundo convertido en un matadero.
No me puedo creer que el mundo nos intente vender otra vez la fe para la travesía del desierto económica que nos espera. Otra vuelta de tuerca a la Biblia para ponerla de piedra fundamental otra vez de una sociedad nueva, igualitaria y humana. Eso si, en manos de un profeta patoso y atropellado, Eli, al que nadie ha invitado y el actor del cual por si acaso, para entrar en el papel se ha leído tres veces las sagradas escrituras y que ha pesar de ello es un predicador iracundo y apocalíptico, como siempre. No se si Mila Kunis, Gary Oldman, y Jennifer Beals, también lo han hecho. La cuestión es vender, humo y esperanza a los ingenuos.