La primera entrega era mala y aburrida. La segunda entrega era mala, aburrida e insoportable. Y, sin embargo, esta tercera entrega es sólo mala. No me he aburrido en ningún momento. Es cierto que si, de repente, se hubiera estropeado el proyector a mitad de la película tampoco me hubiera importado demasiado.
Lo tiene todo. Sí. No importa lo absurdo que sea o lo poco que venga a cuento. Lo mismo te encuentras con una secuencia homenaje a Los pájaros, que ves como Milla Jovovich levanta una moto como si se tratara de su X-Wing, y maneja sus poderes como todo un elegido de Matrix. Ambientación Mad Max, un objetivo a lo Waterworld, y ¿qué más podemos meter? Póngame una de tentáculos asesinos tipo manga, bien de clones muertos de la heroína a lo Alien Resurrection. Lo tiene todo. Además maneja a los perros zombies que ni César Millán
Esto, por supuesto, es sonrojante, ridículo, insultante incluso. Ver como revienta un circuito que está en un satélite o intentar entender qué tiene que ver el virus T con que los desiertos cubran la tierra en el tiempo record de 5 años es algo que sólo puede definirse como escupitajo al ojo. Pero a la vez, tantos elementos evitan que caigas en el aburrimiento. Es un recurso muy pobre sí, pero da igual, porque cuando compras la entrada eres perfectamente consciente de que vas a ver un producto de la más baja calidad. No puedes comprar un paquete de tabaco y luego quejarte por tu cáncer de pulmón. Es lo que hay, lo tomas o lo dejas. La clave está en que al menos, mientras tu mente se embota, puedas pasar un rato entretenido comiendo tus conguitos. Y esta película, a diferencia de las dos anteriores, lo consigue.
Seguramente está relacionado con que la película se base menos en un videojuego y más en un cómic, que puede ser absurdo pero no tan aburrido. Sea por lo que sea, la mejora ha sido notable, aunque siga siendo un producto muy malo.