El director y guionista de este film es Charlie Kauffman, el que, al menos para mí, es uno de los mejores guionistas del momento y de la última década, si no el mejor. De su cabeza han salido guiones como Olvídate de mí; Confesiones de una mente peligrosa o la deliciosa y siempre grande El ladrón de orquídeas, película con la que compartió nominación al Óscar con su "hermano" Donald. El Óscar, en cambio, si lo consiguió con Olvídate de mí.
Soy de la opinión de que sus guiones se dirigían solos o que, al menos, el papel de sus directores habituales, Spike Jonze y Michel Gondry, era secundario, dado que sus textos son tan ricos y visualmente tan poderosos, que se superponían a ellos.
Espero y deseo que el material que trae con esta película sea tan personal y tan poderoso que Kauffman haya entendido que sólo él podía dirigirlo. Me espero una película muy irregular, con la fuerza casi de un primerizo que lo intenta todo desde su propio Parnaso, una película en la que el guión y la dirección se van a mezclar de manera muy especial.
El segundo pilar de esta película es la presencia de Phillip Seymour Hoffman, que este año ya se ha mostrado imperial en La duda, y que es uno de los mejores actores vivos, capaz de dar vida a ese personaje principal que parece alter ego del propio Kauffman, y de una manera mucho más brillante que Nicholas Cage en Ladrón de orquídeas.
Una de las citas imprescindibles del año que pasó por el Festival de Cannes del año pasado.