3 en el panel y 2 en la pantalla. Dos estrellas de las del firmamento de toda la vida, mágneticas y poderosas y, sobre todo, muy muy sabedoras de su estrella, su buena estrella. Y para colmo, estrellas que juntas, todo apunta a ello, brillan aún mucho mejor. Que sí, que Brad y la Jolie han encontrado eso que no se busca, porque se aparece solo (cuando le da la real gana): ¡química!
El que mira por el monitor y grita órdenes es el que ya lo hacía con Matt 'Piños' Damon en la sobria y rítmica 'El caso Bourne'. Vamos, que tan bien. Ninguna queja. En su momento fue un gustazo encontrar una peli con hostias donde las peleas no eran plagios sistemáticos de 'Matrix'. Doble placer, siendo 'Matrix' el (dudoso) modelo.
Así que tenemos un artesano al servicio de dos estrellas que se gustan y nos gustan y que besan veneno y matan con piropos. El cine de toda la vida. Y ya solo falta que sentados a la mesa Pitt y Angelina sean más Grant y Hepburn y que fuera de casa sean un poquito más Arnie y Lee Curtis. (Esto último no lo dudo.)
Una mezcla de géneros siempre enriquece sabores. Ya sabéis, un poquito de perejil, rico y con fundamento.