Como me ha gustado, como he disfrutado del dibujo generoso y trabajado de esta película, más irlandesa que otra cosa, difícil de encontrar y que puede luchar en originalidad y propuesta a otras muchas del mundo gobernado del 3D.
Recuerdo también la potencia de Nocturna, son película de animación en las que se nota un cariño desbordante desde sus creadores, que no especulan a rendir cuentas con el espectador, sino que saben de sobra lo que quieren ofrecer y lo hacen tanto para los pequeños como para los mayores, nosotros posibles captadores de detalles desbordantes de cada minuto de película.
Me ha gustado la concreción y paso de situación a situación, el contraste de los momentos emocionales remarcados por la velocidad y el tono de sus colores, el esquema general de marca propia, el continuo juego especial con la grafía y adorno típico celta y irish, el potente mensaje de confianza y tesón del personaje principal, la apertura a la magia situándola en el lugar del misticismo y la fiereza cuadriculada de los vikingos poderosos.
Recomendar la película es poco, lo que voy a hacer es transportarla, enseñarla, ofrecerla, y verla junto con ciertos compañeros bajitos que conozco, para que ellos también disfruten como yo de esta película de dibujos lejos de la oferta original pero no tan preciosa de nuestros días de televisión.