Shinya Tsukamoto es uno de los directores más crípticos y difíciles que yo he encontrado de entre todo lo que nos viene de Japón. También me ha parecido de los más interesantes y vanguardistas. Películas como Gemini, Tetsuo o Bullet Ballet le han hecho ganarse a pulso el título de autor de culto. Lo que pasa es que tener el título de autor de culto es probable que no dé de comer. Y eso es muy duro. Sólo eso explica un producto como Nightmare Detective. ¿Móviles asesinos, adolescentes japoneses y una trama terriblemente trillada y aburrida para un autor totalmente outsider como él? La única explicación que le encuentro es el dinero.
En su momento pensé que probablemente sería un pequeño descanso que se tomaba Tsukamoto. No por hacer concesiones al mercado te conviertes automáticamente en un vendido. Lo que no me esperaba es una segunda parte. Si la primera no me disgustó porque tenía cosas interesantes del cine de Tsukamoto, a ésta segunda no le encuentro ninguna necesidad. Ni siquiera entiendo que esté funcionando a nivel comercial en Japón. ¿Qué motivaciones existían para hacerla?
Un auténtico patinazo en la filmografía de éste autor. Ver y olvidar.. o ni siquiera ver.