Haciéndome sitio por la banda sonora en la primera hora, aquella que no es cantada llega hasta a molestar, descubro algo de lentitud que enseguida se pierde en las historias propias que se muestran sinceras y directas. Esta es la clave de una película que subsiste en el cine gracias a la credibilidad, sencillez y tono de narración para problemas universales a lomos de una cultura distinta en muchos casos, por no decir todos, marcada por la política que ha influenciado en la zona.
Con una cámara resuelta a veces, las que más, pero difícil e indigesta en otras, como ya comento, el verdadero sentir de los personajes, sus vidas que terminan por no perder la esperanza, y la fuerza de los corazones, hacen que la resolución final supere los escollos, para hacer de esta película algo mejor, algo que resulta ameno y lleno de buena voluntad. No es una obra de arte, pero tiene el talento a dosis marcadas a fuego en sus actores. Hay que animarse.