Andrea Arnold se hizo mundialmente famosa por el éxito cosechado por su cortometraje "Wasp", con el arrasó en el circuito independiente del corto y se hizo un nombre. Un hecho que no pasó desapercibido para uno de los exponentes del cine más transgresor e independiente: Lars Von Trier. El director de "Manderlay", "Bailando en la oscuridad" o "Dogville", entre otras, a la manera en la que estableció cinco condiciones a Jorgen Leth, ha establecido otro juego de reglas y de autolimitaciones de la que toma parte "Red Road".
La idea es que tres filmes, uno de ellos el presente, deben:
1) Estar rodados digitalmente.
2) En Glasgow.
3) Utilizar los mismos personajes.
No es que yo sea muy amante de las autolimitaciones y de las reglas estrictas, pero creo sinceramente que éstas no son tan restrictivas como las del film de Leth o las del Dogma 95, y que sí que pueden resultar unos ingredientes para un cocktail curioso.
Mucho me temo, en cambio, que en Cannes será zarandeada y ninguneada. Yo sólo le pido que no quiera ser una película pretendidamente independiente, y que prime el cine sobre la forma.
Sin red, me lanzo a este circo.