Llega una de las apuestas más rutilantes de la temporada y, con ella, una de las posibles candidatas a película más decepcionante. El caso es que estamos ante la adaptación, no ya tanto del inmortal texto de Víctor Hugo, sino del musical que se estrenó mucho más tarde, el 8 de octubre de 1985, con unos récords absolutos de permanencia, asistencia y demás.
La adaptación de la novela al musical corrió a cuenta de Claude-Michel Schönberg y de Alain Boublil y Jean-Marc Natel, con un libreto en versión inglesa por Herbert Kretzmer.
Como un relámpago en la oscuridad del siempre poco estrenado musical en nuestros días, se presenta este nuevo trabajo de Tom Hooper, director de El discurso del rey, película con la que fue aclamado en los Óscars y que le ha servido para poder tener acceso a presupuestos mucho más grandes y a poder embarcarse en la macroadaptación de este mastodóntico musical. Hopper en El discurso del Rey ya demostró mucho saber hacer y compuso una película excelente con un trazo muy bueno a la hora de describir personajes y los conflictos que los atormentan.
Esto es desde luego lo que se requería para poder abordar un texto como el de Los miserables, a pesar de que todo apunta a que vamos a asistir a más de dos horas de música continuada. Quizá el miedo pase porque el musical termine arrollando el resto del film, a que la labor de Hopper se quede en una excelente puesta en escena y no podamos entrar demasiado en los personajes ni en la historia, a que alabemos la magnífica función realizada por los actores que cantan en directo y a que más que a una adaptación al cine sea un musical televisado.
Desde luego que en cuanto a plantel estelar esta película, si no todo, tiene mucho. Estamos ante Hugh Jackman y Anne Hathaway que ya demostraron sus dotes para el canto en los Óscars.
También les acompañan Helena Bonham Carter, que ya demostró sus dotes como cantante en Sweeney Todd; a Russel Crowe, que nos demuestra película tras película que es un auténtico camaleón; a Amanda Seyfried o a Sacha Baron Cohen.
Un último apunte antes de que la función comience. El diseñador de vestuario de esta película de época es Paco Delgado, sí, español, y que ha trabajado previamente en La piel que habito, Blancanieves o Balada triste de trompeta.