A los 63 años el cine recupera a la ganadora de un Óscar por Hechizo de luna y la suelta al estrellato de la cartelera mientras le pasa el relevo a una joven pero sobradamente preparada cantante de éxito. Se trata de dos mujeres distintas pero iguales, se trata de Cher y Christina Aguilera.
Una película musical sobre el subir de una estrella y el bajar de otra, el eterno historieteo de las vedettes estadounidenses que en ocasiones estará más cercano al videoclip que a la mera actuación de Sunset Boulevard. Atraerme poco, interés poquísimo, y ni siquiera el clima y la ambientación me suscitan un mínimo de misterio. Este producto no prefabricado pero sí fabricado por y parar dar resultados económicos es tan sólo una ceremonia de oferta de guión y poco más.
A quiénes se puede ofrecer, a esporádicos del cine, a fans de la cantante veterana o de la menos veterana, a aquellos con dudas sobre el cartel y poco tiempo para decidir con lo que cometerán el error.