Que a estas alturas a algunos de los productores y casi directores de este país se les ocurra que una película musical con fehucha que cae bien en pantalla cantando éxitos de todos los tiempos con el carcomido tema de la transexualidad esta vez aún más exagerado es creer que el público se conforma con cualquier cosa. Divertida, hasta cierto punto, mala, seguro.