Yo con la película me he reido en varios momentos. Es normal: soy gilipollas y la película es una gilipollez. Es una pena que se desaprovechen de esa manera un montón de gags que podrían haber estado realmente bien. De todas formas hay buenos momentos de humor absurdo, como el de completar las frases y otras grandes maravillas.
Una película que pasa sin pena ni gloria por nuestras carteleras si no fuera por la anécdota del dinero que quería cobrar Disney porque se emitiese y el boicot de las salas de cine.