The Alphabet Killer será la película que inaugure el festival de terror de San Sebastián. En parte es un acierto porque representa el que posiblemente es el tipo de terror más demandado, aunque desde luego no es el más interesante.
El terror es un género especialmente dado a las fotocopias que sin rubor no dudan en imitar la técnica (parece que todas estas películas tuvieran el mismo director de fotografía) y el tono. Otra historia oscura, cruda y violenta con tintes realistas que ejecuta con precisión todos los mecanismos más que conocidos de los últimos trabajos.
Además de su incondicional adhesión a la moda, otro de los factores que hacen de esta película un producto comercial más que útil es el éxito de crítica de la reciente Zodiac, de David Fincher, un director que en lugar de seguir las modas, contribuye a crearlas. Naturalmente, no habrá un parecido más allá de una temática similar y muchas escenas nocturnas.
Dirige Rob Schmidt, el responsable de Km 666, otra película sin interés que consigue muchos adeptos. No es un buen precedente. También la actriz de esta película, Eliza Dushku repite, aunque cabe destacar otros nombres del reparto. Cary Elwes, un actor que no ha sido capaz de realizar más que un papel interesante, el del protagonista de La princesa prometida, y que ahora se dedica a roles de policía rutinario o similar en películas de poca monta. Hoy por hoy, representa todo un sello de película de baja calidad. Otro actor que ha fracasado estrepitosamente es Timothy Hutton. Aunque sin duda, quien más me interesa es Michael Ironside, un habitual de Verhoeven que ha trabajado en todo tipo de películas de serie B y en series de televisión de culto. Una cara conocida que aportará la energía que le falta a esta película.
Pretenderá ser dura e intensa, herir con su suspense prefabricado, pero cometerá el peor error y el más habitual: será aburrida.