Melancolía no va a ser un alto en el camino de la carrera meteórica de un Lars Von Trier dominador de la plana del cine de autor, del cine experimental y duro, grasiento y distinto, una tendencia lejos de lo comercial pero incluso siéndolo…
No se puede recomendar el film a un espectador medio normal y mucho menos si no conocen como se las gasta este director y guionista, burlón dentro y fuera, y que no se haya acercado a alguna de sus películas, véase Anticristo, El jefe de todo esto, Cinco condiciones, Manderley o Rompiendo las olas entre otras…
Con un cierto giro hacia la polémica y el ahogo al espectador en los últimos films, parece disfrutar siendo malo y potente, siendo el inevitable ganador ante un mundo del cine que le envidia y se corroe, sobre todo desde la prensa, porque ser dominador de la pantallas y sus efectos, de las formas y maneras, y de los cauces narrativos, es cosa al alcance de muy pocos, poquísimos…
Una vez más me cautivará, me sentará en el sillón, y con sus trampas y exageraciones, trucos y triquiñuelas, me hará gozar, me hará retorcer los cánones y resortes creados en mi mente, y me trasladará a un mundo donde el cine es distinto, mucho más auténtico y dirigido, artificial pero certero, que nunca…porque es un enorme director, a punto de alcanzar a Haneke.