Querido lector: si tienes como yo debilidad por las pequeñas historias del cine francés, seguramente podrás encontrar aquí una película a tu medida. Personajes solitarios, perdidos, desconocidos. Vidas de un gris tan marcado que deja de ser tal gris. Ritmo tranquilo, algunos dirán lento, diálogos de verdad, pero de los que no se oyen en la calle (esta es la diferencia con el cine español). La película pasó por el festival de cine de San Sebastián el pasado 2005, llevándose un premio aparte. En los César en Francia no pasó de las nominaciones. Podría decirse en este sentido que es una película que no termina de llenar, alejándose de las cinco estrellas pero quedándose en un cómodo y tranquilo cuatro. Es difícil hablar de los curriculums del director y actores porque se tratan en su mayoría de películas que no han cruzado los Pirineos o que simplemente no han tenido demasiada repercusión en España. La película gira en torno a unas clases de Tango y eso ya es otro aliciente para mí. Un baile sucio para una película sucia, con el realismo pesimista de las cintas francesas que siempre ocultan un cínico a la par que cariñoso punto de vista positivo. Cierto riesgo al que quiero aventurarme.