Arnaud Desplechin es uno de esos cineastas que son alabados por la crítica más especializada aunque sus películas no tengan la forma evidente de cine de calidad. Lo cierto es que en un mundo repleto de copias baratas de cine de autor, con tics y manías tan tediosamente reconocibles que parecen ser un falso label de calidad ganado sin esfuerzo; es reconfortante encontrar voces personales con su propia manera de entender el cine. Presenta su última película en la sección oficial del festival de Cannes.
Desplechin, a menudo, parte de subgéneros
muy comerciales de estructura muy definida, para pervertirlos a su
manera, cambiando los códigos, el ritmo, el tono. Por ejemplo, su
última película, Un cuento de navidad, partía de ese
subgénero tan americano (que muchas veces ni llega a cruzar el
Atlántico) como son las thanksgiving movies (películas de acción
de gracias, y por extensión de reuniones familiares. Sin embargo, el
montaje, los movimientos de cámara, los tiempos, los diálogos...
nada de eso encajaba en el pack.
Es precisamente el cine americano donde
mira el director, aunque lo hace para ofrecer una mirada muy
francesa, todo hay que decirlo. Pero eso sí, francesa en el sentido
más rupturista, nada de convención de herencias. En todo caso,
ahora rueda una película en inglés, con un argumento tan americano,
que el protagonista es un indio. Benicio Del Toro de
protagonista, en uno de esos papeles extraños que tanto le van. Uno
de los habituales del director, el gran Mathieu Amalric,
estará también en el reparto.
Una película que no será redonda, ni
tendrá un acabado brillante, pero que puede ser una de las películas
más interesantes de Cannes.