Crítica de la película Moscow Zero por Iñaki Ortiz

María Lidón, más conocida como Luna, tiene muy claro que no quiere hacer las mismas películas que sus colegas. Empezó con el estupendo soplo de aire fresco que supone Náufragos donde se permitía rodar una película ambientada en Marte. No salió nada mal parada de su atrevimiento. Después dio un giro de 180º con ese curioso semidocumental llamado Yo Puta, que no tenía nada que ver con su trabajo anterior.

Ahora viene con esta historia ambientada en Rusia de componentes religiosos de misterio. Sólo puede ser lo mejor o lo peor. La verdad es que tiene más posibilidades de ser lo segundo, pero al menos, habrá intentando hacer algo a su manera y no apuntarse al carro del cine de moda en este país.

Como en anteriores ocasiones, se ha hecho con actores internacionales. Ha contado con nada menos que Val Kilmer, un actor ahora más asequible que fluctúa entre petardillos como Spartan y películas más interesantes como Kiss Kiss Bang Bang. También tenemos al sobrio Joaquim de Almeida que se consolida así como actor fetiche de la directora. Es impagable contar con Sage Stallone (adivinad quien es su padre). Repite también con Vincent Gallo, un actor que en su día prometía pero que se ha quedado bastante atrás. Por último, mencionar a la actriz rusa Oksana Akinshina, que en su día fue varias veces premiada por la película Lilja 4-ever y que ha participado en películas como La supremacía de Bourne.

De momento tengo la intención de seguir apoyando a la directora mientras siga haciendo el cine que quiere hacer y no el que está de moda. Que siga arriesgándose con proyectos dispares y sin miedo al fracaso. Ahora bien, esto no quita para que esta pueda ser una muy pésima película. Veremos.