Crítica de la película Rise: Blood Hunter por Iñaki Ortiz

No hay nada como una buena dosis de cine malo para volver a tener perspectiva. En esta época de Oscars, de pozos y viejos, de cine independiente, de cine serio, de grandes planos y sobrecogedoras interpretaciones, no viene mal bucear en la cartelera y encontrarse con peliculillas como la que ahora viene al caso, saber que es mala y a pesar de ello disfrutarla por aquello positivo que rescatamos y lo negativo a lo que no le damos importancia.

Pero cuidado, que esto es cine de autor, en concreto, ese autor es el venezolano Sebastián Gutierrez. Su anterior y única película en cine como director fue El beso de Judas, donde contaba con gente como Carla Gugino, Emma Thompson, Alan Rickman y una cantidad a partes iguales de serie B y morbo. Después se ha dedicado a escribir y nos ha dejado ejemplos como Gothika, Golpe en Hawai, cutre sí, pero basado en una novela de Elmore Leonard que ya había sido llevada al cine, y esta vez con Owen Wilson de protagonista, con Morgan Freeman y Gary Sinise pululando por ahí, a que suena tan mal que tiene buena pinta. Y para rematar, el guión de Serpientes en el avión. No se puede pedir más sordidez.

Yo creo que esta que toca ahora será una película no tan mala y muy disfrutable. Oscura, directa, siniestra, pelín cutre y concesiva a su manera. Con la poderosa Lucy Liu al frente, quien ya apostara por esa pequeña e interesantísima Cypher, y Robert Forster, uno de los personajes principales de Jacky Brown. Creo que están claras las referencias del autor, ¿verdad?

Espero terror del sincero, con mucha sangre, perversión y espero que me entre mucho hambre de palomitas. La película será mala, no nos engañemos. Para quien quiera y pueda disfrutarla.