Crítica de la película Hunger por Keichi

Muchas son las películas que han tratado de abordar el conflicto de Irlanda del Norte desde diferentes ángulos. Por citar solo algunas de las más importantes, es menester recordar a Michael Collins (Neil Jordan), En el nombre del padre (Jim Sheridan) o Domingo sangriento (Paul Greengrass). Hunger también se enmarca claramente en este tipo de producciones eminentemente británicas, pero lo hace a través de un nuevo acercamiento. En efecto, el film relata la historia de Bobby Sands, una de las figuras más importantes y emblemáticas del activismo irlandés. Quienes conozcan por encima su biografía ya sabrán que esta película va a ser especialmente dura, pero esperemos que también aporte ciertas dosis de debate político. Esa es, sin duda, una de sus principales intenciones.

El primer trabajo del director Steve McQueen no ha podido tener mejor acogida en los grandes certámenes. La película obtuvo la Cámara de oro en la sección Un certain regard de Cannes y el premio Gucci en Venecia. Interpretando el difícil papel de Bobby Sands tenemos a Michael Fassbender, uno de los musculosos espartanos de 300. Le siguen Stuart Graham, Helena Bereen y Liam Cunningham, al que pudimos ver en otro film centrado en el conflicto irlandés y que curiosamente también fue premiado en Cannes, El viento que agita la cebada, de Ken Loach. Un último aviso para navegantes. Al hablar de Steve McQueen no nos referimos al mítico actor. Este otro es algo más moreno. Perdón por el chiste fácil... ¡pero tenía que decirlo!