Resulta imposible no recomendar Quemar después de leer (Burn after reading para los amantes de los títulos originales) a cualquier clase de espectador. Ideada por la pareja de directores de moda -los hermanos Ethan y Joel Coen- y protagonizada por algunas de las estrellas más rutilantes de Hollywood, esta comedia supone una especie de descanso en la ajetreada agenda de sus creadores. Después de firmar un trabajo tan exigente como No es país para viejos, nada mejor que una propuesta algo más desenfadada para reencontrarse con el público al que han cautivado con películas como El gran Lebowski o Crueldad intolerable. Habrá diálogos y escenas tan logrados como desternillantes, como prueba el hecho de que en Venecia arrancara más de una carcajada al respetable.
El argumento está basado en la novela Burn before reading: Presidents, CIA director and secret intelligence, escrita nada más y nada menos que por un antiguo director del servicio de inteligencia norteamericano. Se trata de la típica comedia coral de líos que los Coen han agitado hábilmente con una historia de espionaje y bastante humor negro hasta dar con un cóctel explosivo. Brad Pitt, George Clooney, John Malkovich, una recién oscarizada Tilda Swinton y la mujer de Joel Coen, Frances McDormand, asumirán los roles de una serie de personajes a cada cual más excéntrico y caricaturesco. A algunos de estos actores siempre se les ha dado bien la comedia, mientras que en el caso de otros -como Swinton- será toda una experiencia ver como se desenvuelven en este terreno. Divertidísima película que no decepcionará a los que busquen pasar un rato entretenido en el cine. Quemar después de leer es un caballo ganador.