Me he sentido a gusto viendo esta película, se me ha pasado rápida y francamente veloz, alegre en la tranquilidad de un reproductor cómplice, sorpresiva en la duda que se había generado sobre ella, con tanto negativo caer de críticas. Es cierto lo de poco Lovecraft, o al menos ese tan poético, aunque sí que es verdad que reside en las líneas del guión un educado y redactado mirar por el temple de sus historias, por lo generoso en cuento a las lindezas de formas.
La peor parte sin duda reside en los momentos de tiempo moderno, en los avatares de un mundo inmobiliario con conversaciones bastante justas, pero en cuanto aparece el mundo antiguo, ese en el que todo es posible desde el esoterismo , la cabeza pensante del film se agranda hasta las cotas necesarias para que te abstraigas del mundo y pertenezcas al suyo. Posee, por tanto, suspense, inquietud, elegancia, ritmo y misterio, doble misterio, por ambas partes y por ambos mundos aunque solo uno sea lo suficiente, como para arrastrarnos en un continuará enérgico y claro, hasta con pistas, en un formulismo que me ha gustado y mucho.
El bien y el mal, ese enfrentamiento eterno, en manos de personajes enteros de época y forzados de nuestro mundo actual, y como el desenlace parece que va a ser muy de la parte de nuestros días, es posible que ese secuestro sea el notable caer de la intensidad y buen hacer, o credibilidad en verso del film.
Al final, pedir mucho de ella era estúpido, poco deshonesto y conformarse con la mayoría de sus virtudes desdeñando su pocos desaciertos, un ejercicio de favor que está al gusto de sus admiradores, o al menos benefactores, o te gusta o no te gusta, y a mí me ha gustado.