Nos encontramos ante la clásica
película de acción de consumo fácil, que se ve tan fácil como se
olvida. Si conseguimos que no nos rechinen los dientes con las
convenciones más simplonas del género (la motivación del
protagonista que no comentaré aquí, el desarrollo de la trama...) quizá podamos disfrutar de
alguna que otra buena escena de acción dentro de un transcurrir de
minutos grises, aunque no demasiado aburridos.
Dirige F. Gary Gray, responsable
de películas de éxito fugaz como Italian Job o Diablo.
Películas que serían difíciles de recordar si no aparecieran de
vez en cuando en las parrillas de programación menos competitivas. El último trabajo de este director fue Be Cool, una secuela
de Como conquistar Hollywood, que llegó a destiempo y que no
ofrecía más que alguna sonrisa aislada.
Cuenta con dos protagonistas que están
más o menos de moda, el interesante Jamie Foxx y el correcto
Gerard Butler (300). Dos presencias enérgicas idóneas
para darle un poco de vida a una películas demasiado gris. Apta sólo
para aquellos que no crean demasiado en el séptimo arte y no tengan
algo mejor que hacer un sábado por la tarde. Eso sí, ni siquiera a
estos espectadores sorprenderá.