El acento urbano y neoyorquino de la segunda quincena de julio lo pone la cinta Margaret. Visto que se está dejando de ser original a la hora de poner títulos algo más sugerentes (o todo lo contrario) presentemos a nuestra candidata. Contamos con nombres propios y de primera talla. Parece que el problema aquí no reside en pagar a golpe de talonario a Matt Damon, Mark Ruffalo o el llegado a menos Matthew Broderick. Y cuando esto pasa lagarto lagarto. Por eso cuando esto ocurre hay que rebañar en el sótano y ¿qué encontramos? Respuesta correcta: Kenneth Lonergan. Con tan sólo una película a sus espaldas Puedes contar conmigo pero con una acogida importante por parte de la crítica (eso sí, hace una década) encontramos a alguien que ya trabajó con Ruffalo o con Broderick en esa cinta por lo que les rescata para tener al menos, a priori, un aval. Pero,¿quién es Margaret? Esta nuestra proptagonista es Ana Paquin, aquella que se dio a conocer en Volando libre con Jeff Daniels allá por los finales de la década de los noventa. Bien es verdad que la muchacha ha seguido trabajando en hollywood pero no con papeles importantes o que la aupen de manera más notoria. Por eso, esta es su película.
¿Y porqué he empezado con nombres propios, currículums...? ¿Porqué me hago tantas preguntas en esta precrítica? Precisamente porque desconfío un poco de Margaret. Porque me resulta un film incógnita que tan sólo por el envoltorio no llega a las tres estrellas pero quizás si la escucháramos un poco y mejor probablemente alcance la madurez y tenga algo más de volumen, lo suficiente como para ser una opción intermedia entre lo más independiente, desconocido e inseguro y lo más notorio, comercial y achicharrado del verano. Esta es sin duda esa película para ver en tranquilidad después del chapuzón y la toalla. De esas en las que elijes con la vista puesta en el cartel para que el de al lado no se enfade, quizás porque vas poco al cine y te resulta muy caro sentirte estafado o porque sabes que ir al cine a partir de ahora será un artículo de lujo y no nos lo merecemos.
Creo que ha quedado claro. Margaret, la opción ligera y fácil de ver que puede esconder una interpretación aceptable y que llega desde Nueva York con sus andares, paisajes urbanos y acento tan particular que la hace el cine además de sus habitantes.