Hay, ante todo, dos puntos que comentar con esta película. El primero es que, ¡atención!, es una película de 2005. De hace dos años. ¿Por qué se estrena ahora cuando, además, es una película que tuvo un moderado pero interesante éxito en Francia? Es algo que nunca sabremos. Para el público, desde luego, mejor es que llegue tarde a que no llegue nunca, pero para los responsables de la película es un flaco favor. Al fin y al cabo, poca labor de promoción van a poder hacer ahora...
Pero, como decía, pensemos que al menos podremos ver en la gran pantalla una película que parecía olvidada por las dsistribuidoras. Y lo que veremos (pasamos al segundo punto) es, ante todo, una master class de interpretación femenina: Marie Gillain, recordada sobre todo por su espectacular salto a la fama, en Francia, con La carnaza; Emmanuelle Beart, cuyo papel más cercano al gran público estuvo en Misión imposible; Karin Viard, quizás la menos conocida de todas ellas (vista en El odio); Carole Bouquet, la primera Chica Bond del reparto (Sólo para sus ojos); y la segunda amante de 007, Maryam d'Abo, la (falsa) rubita de Licencia para matar.
Con un elenco femenino de relumbróm como este -apoyado por cierto en algún que otro veterano varón, como Jean Rochefort, que con su mera presencia multiplica el valor y el talento de la apuesta-, está claro que estamos ante una película de actrices. El poso dramático y familiar del argumento necesitará de un guión que, precisamente, explote el entendimiento y la comunicación tanto entre sus personajes como sus actrices. Ahí estará la clave.