El primer trabajo como director de Ralph Fiennes es una adaptación de una obra de William Shakespeare. Pero cuidado los que se piensen que volvemos a tener a otro Kenneth Branagh, porque el planteamiento que ofrece Fiennes es bien diferente. Allí dónde el argumento de Shakespeare se basa en un dirigente romano desterrado que pretende arrasar Roma para vengarse, esta versión que podríamos denominar como libre, fue rodada en Sarajevo, con soldados de infantería, metralletas y explosiones.
Fiennes se ha rodeado bien para esta primera afrenta tras la cámara. El guión ha sido escrito por John Logan, responsable de otros títulos épicos como El último samurai o Gladiator. Su director de fotografía es Barry Ackroyd, que ya ejecutó a la perfección esta labor en recientes cintas bélicas y de éxito como En tierra hostil o Green Zone. El reparto, además del propio Fiennes, encontramos a Gerard Butler (300), Vanessa Redgrave (La condesa rusa) y Brian Cox (Recortes de mi vida).
Todo parece apuntar a que va a ser un gran debut como director de este ya gran actor. Y además cuenta con el tirón actual del cine bélico, aunque este no esté ambientado en la guerra de Irak. Su participación en la sección oficial del Festival de Berlín es un buen augurio.