Esta es una clara prueba de lo mal que se puede hacer una adaptación literaria. No he leido la novela de Gabriel García Márquez, pero durante toda la película, no he dejado de pensar en lo que podía haber sido esta cinta y lo pobre que ha resultado finalmente.
Así como la ambientación está muy lograda, todo lo referente a los sentimientos, resulta un poco vacío y frío. Hay escenas, que parecen estar puestas como obligación para resaltar una frase de García Márquez, convirtiendo la película como una sucesión de pasajes que se han ido picoteando de aquí y allá.
Mike Newell, como le pasó con Harry Potter y el cáliz de fuego, ha vuelto a desvirtuar la esencia del libro. Si bien con Potter la espectacularidad y la trama en si, la hacían entretenida y no había hueco para desengancharse de la historia, aquí hay incluso tramos tediosos y me atrevería decir inconexos, como dando grandes saltos y haciendo olvidar su verdadera esencia.
Javier Bardem está bastante bien, pero envejecido con demasiada prontitud, algo que pone difícil entender del todo ese amor eterno que le profesa a su amada. Como ya he dicho, la sensación de descompensación temporal crea una cierta incomodidad e impide crear el vínculo entre el espectador y los personajes.
Una pena, porque esta historia, contada con mas pasión y sin querer abarcar tantas escenas intermedias, hubiera estado muy bien.