Se agradece que de improviso se estrenen películas como ésta, de circuitos festivaleros y de poca vocación de cartelera española. Esta película es sueca y está dirigida y escrita por Roy Andersson.
Este director, nacido en Goteborg, ha tenido una curiosa carrera artística. Con apenas 27 años su película En Kärlekshistoria (Una historia de amor) ganó numerosos premios, digámoslos menores, en el Festival de Cine de Berlín. Hablamos de 1970. Tarda cinco años en rodar su siguiente film, Giliap, el cual es presentado en la Quincena de los Realizadores del Festival de Cannes con una muy mala acogida.
A partir de entonces, Andersson se vuelca en el mundo publicitario, ámbito en el que puede aplicar con total libertad su peculiar estilo, y donde obtiene numerosos premios. Tardará 25 años hasta que rueda su tercer film, Canciones desde el segundo piso, el cual debe producir y distribuir a través de su propia productora, Studio 24. Con esta película logra ex aequo el Premio del Jurado del Festival de Cannes, con Luc Besson de presidente, en el año de Bailar en la oscuridad. La película ha sido calificada como "pequeña joya surrealista".
Siete años después, Andersson rueda La comedia de la vida con la que obtiene galardones en los premios del Cine Sueco, en el Festival de Chicago y en el Fantasporto. La película cuenta, en su inmensa mayoría, con actores noveles.
El cine nórdico, muy dado a experimentaciones formales y con fondos siempre dramáticos, es capaz, en algunos casos, de deleitarnos con el mejor de los agridulces surrealistas.
Os invito a que lo probéis.