Crítica de la película Los Mercenarios 3 por Iñaki Ortiz

Ahora con actores de verdad


3/5
15/08/2014

Crítica de Los Mercenarios 3
por Iñaki Ortiz



Carátula de la película El verdadero reto al que se enfrentaba esta tercera entrega era administrar la gran cantidad de egos que hay en la película, y creo que se ha conseguido con brillantez. Al comienzo uno ya sentencia que Wesley Snipes va a ser el gran descubrimiento, con esa presentación estelar. Y con ese diálogo digno de Golpe en la pequeña China: "Dicen que has matado a más gente que la peste. / ¿Y qué pasa?". Y por supuesto, el momento del afeitado. Sin embargo, con suavidad va dejando espacio a otros, de forma que cada uno va teniendo su momento.

Tenemos a Mel Gibson dando lecciones de carisma y frescura, posiblemente lo mejor de la película, en un papel refinado y culto. Quién iba a decir que el bruto de Mel iba a ser el delicado del equipo, pero oye, es el único que ha marcado un Shakespeare, porque lo de Arnie y el "not to be" no cuenta. Interpreta a un villano detestable con mucha chispa, y se mueve con soltura, demostrando todo lo que ha aprendido en tantos años de oficio, desde que fuera aquel jovencito australiano sin demasiada gracia.

Antonio Banderas también tiene su metraje, más avanzada la película, y se convierte en el protagonista con su verborrea cómica -lo realmente cómico es recordar que tiene un premio Donostia mientras le vemos sobreactuar hasta el delirio, gesticulando más que el resto del equipo juntos. Por supuesto, Swarzeneger tiene su traca final con armamento pesado, y esa habilidad tan suya de convertir en grandioso un simple "buenos días". Con todo, se echa de menos una mayor implicación en la saga de quien posiblemente es el actioner más importante de la historia.

Stallone, que es el jefe del cotarro, se reserva para el final la que puede ser la mejor frase post-muerte de su carrera, autoparodia de su Juez Dredd. Por lo demás, y a pesar de su cara de señora, mantiene un cuerpo razonablemente musculado y bien formado, que le permiten seguir haciendo frente a escenas de peleas, convenientemente disimuladas por un asombroso trabajo del director, Patrick Hughes que abusa del montaje como si no hubiera mañana. En la primera entrega, Stallone era el único que aguantaba los diálogos de más de cinco frases (con Jason Statham), pero con las nuevas incorporaciones no necesita mantener la película a nivel interpretativo, lo cual es de agradecer.

Al abuelo Harrison Ford, que casi no puede andar recto, le reservan una degustación de sus mejores gestos y comentarios con sorna. Lejos quedan ya sus días de héroe. Uno de los alicientes aquí es ver si definitivamente bajará o no a guerrear sobre el terreno. En definitiva, una distribución de presencias e importancia que está muy bien orquestada y que, corrige algunas irregularidades de entregas anteriores.

Con este aumento del nivel del reparto y un argumento algo más trabajado, esta tercera entrega es más película, y eso, en este caso, es malo. Consigue que uno preste atención a las escenas de acción, e incluso a algunos diálogos y te despista de lo que has venido a ver: una exhibición de viejas glorias, una expo de testosterona hormonada en exceso durante demasiados años. Así que, esta película es mejor y, por eso mismo, también es peor. Con todo esto, la película corre el riesgo de convertirse en un divertimento de acción actual, olvidando su carácter más kitsch, nostálgico y metalingüistico. Se hace necesario ir un poco más allá, y afilar el metacine, como hizo Soderbergh en Oceans Twelve, remarcando que lo importante no era la trama en sí sino la particularidad del reparto. No me interesan nada los personajes, me interesan las estrellas, y todo lo que supone el proyecto. Sin embargo, todo parece indicar que la dirección de la saga será la contraria.

Todas las incorporaciones juveniles, de actores sin importancia, cargan el metraje innecesariamente, con toda esa parte de reclutamiento que no aporta nada a una duración ya excesiva. Parecen querer acercar la película a las nuevas generaciones pero esto no tiene ningún sentido dentro del planteamiento, principalmente basado en la nostalgia y la condición crepuscular -o geriátrica más bien. Una película mejor, pero con la esencia bastante diluida. Veremos como evoluciona la saga.



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