Una película típicamente festivalera. Producción china, historia entrañable, Beijing, familia...Un plato típicamente chino, una delicia y además sano. Addicted to love ha sido aunque no lo crean de lo más dinámico que hemos visto en la presente edición del Festival de San Sebastián. Teniendo en cuenta la calidad de las películas en Sección Oficial del presente año, esta película china se sale un poco de la norma, tanto en su historia como en sus formas. Ha tenido muy buenos detalles técnicos, planos estáticos muy interesantes jugando con las luces de la casa, con los espacios, con la propia morfología de la vivienda ha sabido explotar cada uno de sus rincones a partir de dos planos en la mayoría de las ocasiones. Además del color rojo, presente en cortinas, adornos, fundas de patas de sillas, etc... Muy práctica técnicamente. Los minutos de la casa son de lo mejorcito.
Respecto a las interpretaciones, como ya comentaba en mi precrítica se ha tirado de actores amateurs que desde luego no tienen nada que envidiar a los profesionales de su país. Una auténtica maravilla poder disfrutar de miradas auténticas y transparentes, rostros que evocan la realidad de un país, miradas que pueden rompernos el corazón de lo tiernas que son. Y es que la historia de amor es muy egoísta con el espectador al principio, derrochando momentos realmente preciosos después llegando a la traca final con esa escena del "izquierda-derecha".
La familia, los recuerdos, la vida, el fin de la misma, el hogar, el amor y el azheimer en último momento han sido los ingredientes que han ido dando vueltas durante toda la proyección. A cada momento lo suyo, a cada minuto su frase, muy ordenada, siguiendo pautas, ganando en calidad, pasando el tiempo.
Una fórmula de película muy típica de San Sebastián, de las que uno marca la equis cuando tiene que elegir sus favoritas. No creo que ocurra pero puede ser una candidata para la Concha de Oro, ¿por qué no? Prefiero ir a tiro seguro, no quiero cosas raras.