La calidad de las películas de este señor es indiscutible, otra cosa sea que sus formas, a veces sonrojantes y con aires de especulador de las ideas de corte filosofal, hieran la sensibilidad de personas no dadas a juegos lejanos al cine al menos en su aspecto visual hasta el punto de colocar paredes donde no las hay.
Una obra ésta más dicharachera, en cuanto a la alegría de medios, probablemente más intensa por los decorados y un reparto de actores bastante importantes, convierten en una cita ineludible esta cinta que seguro, aunque cree indiferencia, remarca las maneras de dirigir de forma enérgica, con calidad, tranquilidad y potencia de interpretación, bases de un cine que se construye así mismo y no tienen en cuenta en absoluto a un público que si sale protestón dos problemas tiene.