Al lorito con esta película. Si uno se atiene a los trabajos anteriores de Mike Binder su director y guionista, de primeras parece que no debiéramos ser muy optimistas: Diario de un ejecutivo agresivo y Más allá del odio. No, nada esperanzador, lo sé. Pero al lorito con esta película que parece ser la primera oportunidad de Binder para hacer algo con cierta libertad, gracias al relativo éxito de sus películas anteriores y a que esta, después de todo, tampoco ha debido resultar muy cara. Más bien todo lo contrario.
Además, también es la primera ocasión en la que Binder se nos pone serio. El punto de partida, al menos como fondo argumental, es el 11-S, esa fecha ya histórica pero aún reciente que ha marcado a fuego la trayectoria interior e internacional de los EE.UU. Y también humana. Sobre todo humana.
Es ahí donde si sitúa Binder, en un presente todavía nublado por la sombra de aquella fecha fatídica. Lo hace, intuyo, con un voluntario matiz de ligereza, un tono liviano que no aleje tanto a la película de su estilo en trabajos anteriores, pero que pueden servir como motor eficaz para el verdadero poso dramático de la película.
Exactamente igual que los actores elegidos: Un camuflado Adam Sandler, el fantástico Don Cheadle y secundarios muy interesantes como Liv Tyler o el propio Mike Binder al que, recordemos, ya hemos visto en películas como Minority report.
Lo dicho: Al lorito que puede ser una de las sorpresas más que agradables de la temporada. No va a ser un título imaginativo, ni rompedor, ni novedoso, ni furioso. Pero puede ser una agradabilísima sorpresa, tan sencilla como sentida.