Crítica de la película Nacidas para sufrir por William Munny

No es un director que me sorprenda pero tampoco me parece malo. Tiene un tipo de cine ingenuo que no me parece mal, al que hay que ir con preaviso y relajarse, porque nos trata de hacer reir y llorar a partes iguales, con personajes moldeados a su antojo y no tanto a la realidad de la existencia humana. Manolito Gafotas o Cachorro, sus películas más triunfalistas así lo avisan.

En esta ocasión parece que la técnica de hacer su mundo, ese tan especial y manipulado, va a estar un poco más exagerado de lo normal, un poco más exacerbado hasta el punto de separar demasiado los polos. Una cosa es que él se lo pase bien con las historias mientras las rueda y otra que al final tengan algo más que simpatía por parte del espectador. A mí me parece que normalmente nos obliga a entrar por el aro, por su forma de ver la comedia y el drama, y así, cuando lo haces demasiado como creo ha hecho con este film no lo consientes. Ni drama ni comedia, ni curiosidad ni distinción, no me gusta.

Y tan convencido estoy de que las andanzas de la buena actriz Adriana Ozores (El método) serán tan inverosímiles como para que me las tome en serio incluso en la risa, que no me apetece, me resulta obvio que me va a defraudar, a pesar de tener a Petra Martínez (La soledad) fuertemente en un papel, que si tiene que soportar las iras de los poco tolerantes como yo, ella es la ideal, siempre impasible, siempre dando ese carácter calmo a las cosas.

No sé por qué me da, que esta película podría estar hecha de la misma manera en el cachondeo del cine de años muy atrás, pero entonces con el aplauso de un público que lo pedía. Que sea distinta, que juegue a ser chistosa a base de sacar de quicio sitaciones y encima dar tonos de lágrima, no la va a hacer mejor, solo la hará digna de cuestión Supongo que hay que dar que hablar, hay que hacer taquilla como sea y tratando de asustar o caricaturizar es más rápido.