Alegría de la huerta. A estas alturas del metraje alguien se empecina en divertirnos con comedias urbanas, de esas que rescatan a actrices ya desaparecidas del todo. Juan Luis Iborra es el responsable total. Ácido y buscador de frases ambiguas en el lenguaje que domina para el humor, ése que hace la mayoría de los guiones de las galas de los Premios Goya. Y seguro que tiene su punto y todo pero en este film y eso pues no.
Probablemente comediucha con demasiadas pretensiones de agradar, interesante en el guión de chistes, pero no tanto en la trama, también probablemente acabada desde el principio. Como si el espectador fuese mucho menos de lo que es y necesitara bien poco para sobrevivir en la butaca, aunque visto lo que se premia en televisión a nivel series por ejemplo, buena razón tienen los productores que piensan vamos a por ello que tragan igual, igual.
Verónica Forqué (La dama boba) con su especial talento, Silvia Abascal (Escuchando a Gabriel o Vida y color) lejana de sus papeles más sobrios y tensos e Iván Sánchez (procedente de las series televisivas, últimamente en Hospital Central) como carita dulzona del tema que podemos esperar antes de que empiece el film. Ligeras esperanzas, poca necesidad, poco ánimo por esta película perdida.