Me apetece esta especie de comedia entre ridícula y entrañable que tras la primera parte parece llegar al máximo de su potencia cómica, es decir, que los guionistas seguros de su éxito han tirado la casa por la ventana y van a ofrecernos con nada de cinematografía de por medio ni talante fílmico alguno algo de cachondeito decente sobre todo por colocarnos a la Streisand, Hoffman y De Niro en un diámbulo de situaciones amenizadas por Ben Stiller. A mí hasta me entretiene, así de lastimero puedo llegar a ser.