La espiga de plata del Festival de Valladolid secunda a este film sobre la familia, o sobre lo que no es, o simplemente sobre lo absurdo y por tanto hilarante de sus momentos. Y es que algo tiene el agua cuando la bendicen, por lo que habrá que creerse el interés despertado por el film y la dirección que viaja detrás por parte de un inquieto Agustí Vila, Un banco en el parque o 3055 Jean Leon.
El premio a su actriz en el mismo festival, Emma Suárez, y el acompañante de lujo, Eduard Fernández, sólo augura un claro tandem de buenos papeles al servicio de un probablemente realista pero lejano reflejo de una familia común. No siendo yo amigo del todo de este tipo de films que acaban por modelar a los miembros con la misma sangre al antojo de lo necesario, y no tanto a lo que acontece en la calle, sí que su carácter ridiculizante y analista acaba por cautivarme. Parecieran familias de otros paises como en la magnífica Tres días con la familia, pero superado este escollo siempre entro de lleno con gratitud.
Preparémonos para un buque con carga que viajará a su ritmo, que nos agradará pero que muy probablemente nos vire con rudeza en algunos momentos, porque no me creo que simplemente quiera retratar y relajar. Una apuesta de la cartelera del fin de semana para los más curiosos y deseosos de cambio en la temática.