Por méritos propios, Josué Méndez ha realizado un muy buen trabajo cinematográfico. Ha sido un film sencillo y atractivo sobretodo por su historia. Ha tenido momentos de comedia pero no era para reír sino para llorar. También con detalles de movimiento de cámara, de planos interesantes, de travellings básicos que beneficiaban a la peli en cuanto a ritmo. Un guión muy espontáneo que ha retratado durante hora y veinte la alta sociedad de la actual Perú con todo lo que ello conlleva. En cuanto a las críticas que puede recibir y en cuanto a la manera de enfocarlo. La historia ofrece personajes variopintos, con roles muy parecidos pero que no tienen nada que ver unos con otros, lindezas verbales, tópicos, pobreza moral, criados, señores y niños mimados. Un poco la brecha entre unos y otros. A la vez de eso hay una historia de amor imposible, la de un hermano que está locamente enamorado de su" hermana". Con mucha sexualidad y sensualidad en todo momento por este motivo, no se ha acongojado al enseñar pechos, nalgas, tangas. Erostismo de un nivel aceptable por momentos.
No ha caído en la tentación del plano estático. Le ha beneficiado ésto porque la historia de por si necesitaba movimiento, pasar de uno a otro personaje, de opinión en opinión, de un estado de ánimo a otro. Un retrato de la clase alta muy interesante. Muy light quizás, nada radical. Nada militante en este aspecto. Se ha conformado con enseñarnos la gama de colores y pasarnos el testigo para valorar cuál nos gusta más y porqué.
Maravillosa la última escena con ese travelling de las niñeras con los hijos de los ricos en el parque. Resume un poco la idea del film en su conjunto que ya nos estaba quedando clara desde un principio. Satisfecho y con el punto de mira en este director peruano que además de saber dirigir sabe contar historias.