Nos enfrentamos a un documental, llevado adelante por Bill Maher, al parecer famoso en Estados Unidos como comentarista, presentador o directamente ser chistoso, que pretenderá, como el juego de palabras de su título ridiculizar cierto evento social que aún persiste en nuestros días muy introducido en nuestras sociedades.
Al parecer con carácter más que agresivo, podremos disfrutar de este aspecto, el de la comedia dura y sagaz, a la vez que el largo elenco de opiniones del estadounidense medio y no tan medio. Ligero, rápido y alegre, conseguirá el objetivo de mostrar y establecer, pero sobre todo, de ridiculizar.
Larry Charles es el director, aquí no tan libre, hay que llevarlo todo hacia el formato del documento, lejos de la divertida manera de rodar que ya utilizó en Borat.
Sinceramente, no gran cosa, quizás más curiosa en Europa o para los europeos, pero de poca calidad.