Crítica de la película Troya por Hypnos

Amarga victoria


3/5
29/05/2004

Crítica de Troya
por Hypnos



Carátula de la película Era plenamente consciente de que este "Troya" no era fiel a los cantos de Homero ni a la mitología griega. Ellos también, sabiamente, en los créditos finales, se protegen diciendo que está inspirado en la "Ilíada" de Homero.

Es indudable que acometer la tarea de reflejar la Troya mitológica, ese feroz combate de más de diez años de duración (ojo, que en la película se ventila en poco más de un mes) que aglutinara a dos de los mayores ejércitos jamás vistos hasta entonces, y en donde ni los dioses pudieron quedarse quietos, era algo imposible. El resultado hubiese sido algo muy espectacular y superior, pero hubiese necesitadod e mucha inventiva, arrojo y valor, ya que quizá la comercialidad de este Troya se vería profundamente mermada.

Mi compañero Sherlock hace una perfecta disertación acerca de los pros de una adaptación, sobre todo, cuando el texto a adaptar es antiguo. Carga las tintas en la modernización de conductas, en la sutileza de las relaciones y acciones entre los personajes y en la eliminación de una ingenuidad impropia de nuestro tiempo.
Pues bien, mi post pretende ceñirse a la película y analizar si realmente los cambios operados en el texto homérico contribuyen a esta labor.

Mi primer grana sombro en el film tiene como causa la forma en que nos sitúan dentro de la época y de la historia: un mapa viejo, apenas diez líneas de texto, y pronto pasamos a ver una primera escena de presentación del personaje de Agamenón, y, sobre todo, de Aquiles (un lucimiento que va desde su cuerpo desnudo entre el de dos monumentos femeninos dentro de una tienda hasta sus portentosas habilidades en el combate). Es más, muy a mi pesar, resulta que le dedican más tiempo a esta escena que a la escena de la comitiva entre troyanos y espartanos (comitiva en la que Héctor nunca estuvo presente realmente). De golpe y porrazo y sin apenas explicación tenemos a Paris entrando en el dormitorio de Helena y manteniendo una conversación que da a entender que lo llevan haciendo muchas noches.
Claro, llegados a este punto, alguien que nada sabe de mitología troyana dirá: «¡qué cabrón este Paris!». Yo creo que no, porque bien se han cuidado de presentarnos a Menelao como viejo y gordo, y a Paris (encarnado por el apolíneo Orlando Bloom) y a Helena como jóvenes y bellos. Es normal se dirán los espectadores.
El que algo conozca de la mitología troyana se dirá, ¿dónde está el episodio (causa primigenia del conflicto) de la boda de Tetis y Peleo (padre del futuro Aquiles) donde se produce el juicio de Paris y donde por vez primera Alejandro (Paris) conoce a Helena? ¿Dónde está el episodio del nacimiento de Paris, sobre el que su hermana Casandra (personaje eliminado) profetiza que su nacimiento llevará a la destrucción futura de Troya, y que es lo que motiva que lo abandonen en el Monte Ida, lejos de su educación como príncipe, y, obviamente, del "amor" de su hermano Héctor?

Procede hacer aquí la primera valoración. ¿La decisión que se toma en la película favorece o está en consonancia con los pros de la adaptación? Yo creo que no, más que hacerlo sutil, lo banaliza y se ventila algo muy importante y clave, ya que no olvidemos es la causa de la guerra, en el menor tiempo posible. ¿Y por qué? Porque hacerlo de una manera más sutil llevaría más tiempo y pondría en peligro la comercialidad de la película.

Una de las cosas que más gracia me hace del libreto de esta Troya es su afán por querer eliminar la presencia de los dioses. Tanto es así que cuando Aquiles habla con su madre (ojo, la diosa del Mediterráneo) se cuidan de hacerla aparecer muy mortal. No obstante, juegan en los diálogos, como cuando Briseida le pregunta a Aquiles: "¿qué sabrás tú de los dioses?"; y él le responde: "más de lo que crees, yo los he visto". Evidentemente, sin dioses, no tiene ningún sentido "el talón de Aquiles" y toda la leyenda de su baño en el Éstige. De ahí que bien se cuiden de enmascarar la muerte de Aquiles, aparte de con una flecha perdida en el talón, con otras cuatro en el pecho. Aunque la flecha que tiene más importancia desde el punto de vista del director es la del talón.

Tras este «obiter dicta», prosigamos en el estudio de los cambios, y acerca de la bondad o no de éstos. Ahora le toca el turno a Agamenón. En la película el Rey de Micenas es presentado como un déspota y tiránico caudillo. En resumidas cuentas, como el "supermalo". A todos los niveles, contra los troyanos y contra Aquiles. El problema de esto es que terminan conviriténdolo en uno de esos ridículos malos y sádicos de hollywood. Por cierto, que Agamenón no encuentra su muerte en Troya, sino en su patria, a manos de su esposa Clitemnestra. Sobre este personaje, más que primeros planos y discursos torpes y tontos, deberían haber cargado las tintas en episodios más sutiles tales como el sacrificio de su hija Ifigenia a los dioses para que le enviasen buenos vientos para poder navegar hacia Troya. En la "Ilíada" sus motivaciones están construidas a través de unos diálogos mucho más inteligentes.

Necesaria consecuencia de la eliminación de los dioses debe darse en el episodio del enfrentamiento entre Menelao y Paris. Estoy con Sherlock en que no es de nuestros días la aparición de un dios que lo salve en el último momento, pero la escena construída como está construída, tiene los siguientes defectos.
Para empezar, el duelo lo proponen los aqueos (o en la película, griegos). ¿Y qué más dará? No da que más, porque en realidad el personaje de Paris no era más que el de un niñato, ducho en el combate eso sí, que pensaba más en él que en los demás (hecho que hace que Héctor lo tenga por un cobarde, pero que le proteja porque es su deber). Evidentemente de un personaje así, no podría salir esta propuesta.
El duelo se propone tras casi diez años de infructuosa contienda, y va acompañado de un PACTO de HONOR y de paz. El duelo dirimirá ya la guerra. El pacto lo firman con todos los fastos que en la Antigua Grecia se requerían. En la película tenemos una conversación, acompañada de otra al oído de los dos hermanos malísimos (algo que supondría un agravio en la época) en la que vienen a acordar no respetar el pacto, en cuanto Menelao mate a Paris, Agamenón se lanzará contra la ciudad. Me resulta curioso este cambio, la modernización para el guionista consiste en que el espectador no puede soportar tamaño grado de honor entre unos guerreros que por encima de su afán de combate eran unos auténticos cablleros en el combate. Quizá esto ya no interese, pero bien que lo utilizan en otros momentos de la película. Este vaivén de valores de los personajes me parece un grave error de guión.
Pues bien, finalmente se desarrolla el duelo a espada (en el Canto es a jabalinas), que termina con la muerte de Menelao a manos de Héctor, en una escena que ensalza la fraternidad entre ambos príncipes. Según la leyenda, Menelao entra en Torya y Helena acaba volviendo con él, porque ése es su destino, que, obviamente, no se comprenderá, si no se ha detenido uno en mostrar su pasado más que en una referencia de ella en un diálogo.
Porque, según el final de este Troya en el que Paris no muere bajo las flechas del arquero griego Filoctetes, junto con Eneas (lamentable el papel que le asignan en la película a este héroe hijo de Afrodita y de mortal y que tiene capital importancia en los combates de defensa de la ciudad) y los supervivientes de Troya tendrían que haber ido Helena y Paris. Pero resulta que estos personajes no se encuentran posteriormente en la "Eneida" de Virgilio. Pero, lo comercial y bonito es que triunfe el amor sobre la tragedia, que es en lo que termina sumida Troya según la leyenda.

Creo que me estoy alrgando ene xceso, por lo que comenzaré a acelerar para terminar cuanto antes. Héctor. En la "Ilíada" ya nos aparece Héctor como un guerrero mucho más caballeroso que Aquiles, pero también nos aparece como alguien capaz de robarle la armadura de Aquiles a Patroclo una vez que le da muerte y de luchar con denodado arrojo contra Áyax por quedarse con el cuerpo y armas del difunto. Y esto porque en aquellos tiempos se le daba una importancia capital a las armas y armaduras de los guerreros que el vencedor cogía del perdedor en el combate. En la película todo esto se pierde, y la disputa Aquiles - Héctor queda reducida sólo a vengar la muerte del ¡¿primo?! de Aquiles (era su amigo, y muy íntimo). Y con estos recortes al texto original, se banaliza a Aquiles y se le pone de muy malo cuando decide arrastrar el cuerpo de Héctor.

A grandes rasgos, y me encantaría seguir con la disertación, creo que los cambios del guión en una grandísima medida, no tiene como objetivo modernizar el texto y darle mayor sutileza a las relaciones entre los personajes, sino que en muchas ocasiones tienden a banalizarlos y a estereotiparlos. A Agamenón lo convierten en muy malo, junto a su hermano; a Paris en muy mojigato; a Héctor, en ideal de padre, hermano y guerrero; a Aquiles, en un hombre que lucha sólo por perpetuarse en el tiempo; a Ulises, en un charlatán con corazón en el mundo de los malos. Puede que los Cantos de Homero estuviesen escritos hace muchísimo tiempo, pero, cuidado, Homero no es Shakespeare, y su texto no es ni mucho menos ingenuo, es de una actualidad notable que debiera estudiarse como se merece, la riqueza de sus personajes, de sus matices, hacen que sea una obra maestra absoluta, y muy por encima de las comedias griegas del "deus ex machina". Y lo amargo de este Troya es que ha pasado esto por alto, nos lo han mascado para darnos algo que la gente acepta en nuestros días, para darnos un producto más de hollywood, de esos que tienen en ocasiones la épica de las novelas de Estefanía; de esos en los que puede más lo comercial, los personajes claros y bien posicionados.

Comenté en mi pre que esto no era "El señor de los Anillos", que se necesitaba un artesano, no un creador. No me retracto, creo que el trabajo de Petersen está bien, rueda tal y como se merece la historia. La decepción me la ha dado David Benioff, un hombre que demostrara tanto talento con "La última noche", ha perdido los papeles en esta ocasión y nos ha ofrecido un producto sólido pero perversamente manipulado en pos de una modernidad que creo no supera lo que se tenía.

En cuanto a los actores, flojos los hermanos Agamenón y Menelao; sobresaliente Héctor y Príamo y aceptable Brad Pitt (su peligrosa elección ha motivado muchos cambios en el guión).
Por último, un aprobado justo para una poca imaginativa banda sonor ade James Horner, que vuelve a caer en los acordes de tensión de "Enemigo a las puertas".

Con todo, una muy entretenida cinta que hace resurgir un género de cine. Una victoria, si bien, para mí, muy amarga.


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