Otra película canadiense en el festival de San Sebastián. Esta vez en la sección nuevos directores. La segunda obra del director Rafael Ouellet, después de su ópera prima Le Cèdre penché.
Lo que nos narra el film, nos adentrará en un ambiente sórdido, de engaños, de necesidad, del lado oscuro del placer. Sobre todo eso nos hablará esta película, y todo ello con un fin de denuncia social, un mensaje útil de esos que tanto gustan al festival de San Sebastián. La diferencia, en este caso, con muchas otras películas de crítica social, es que aquí, ese mismo mundo que se denuncia tiene una importante carga cinematográfica que si Ouellet es hábil podrá explorar con acierto. Podemos encontrarnos ante uno de esos proyectos acertados en los que cohabitan en sintonía el mensaje y el contenido puramente cinematográfico.
En cualquier caso, espero de esta película los defectos de quien todavía está empezando, algunos excesos y falta de maestría. Puede ser una buena oportunidad para conocer a este director que quizá más adelante resulte ser un nombre importante.
Veremos.