Al tratar varias de las películas que se presentan en sección oficial del festival de San Sebastián he hablado de cine de género, de temáticas en principio impropias del cine de autor, (policiaco, bélico...), y a veces he hecho hincapié en la condición autoral que parece esconderse de fondo, prometiendo, después de todo, no plegarse demasiado a los cánones preestablecidos.
Creo que ahora nos encontramos en el otro extremo. En principio se trata de un drama, con tintes oscuros, con una premisa curiosa, un tema original, todo apunta a cine de autor. Y sin embargo, tengo la impresión de que detrás se encuentra un excesivo gusto por los mecanismos. Veo una ambientación casi de libro, de la América campestre, aislada (que no necesariamente profunda, son estéticas diferentes, ésta es más limpia). Veo un actor, Robert Duvall, que aún siendo uno de los grandes, especialmente en sus inicios, tiene demasiado bien aprendido el papel de maduro sobrio (ese mismo papel que muchas veces Anthony Hopkins afronta desde la sobreactuación). Veo un desarrollo que posiblemente esté demasiado condicionado por la espera de un desenlace que tampoco será algo excepcional. Y sobre todo, veo a un tímido director novato que seguramente, no creerá lo suficiente en sí mismo como para romper con lo establecido.
El mejor valor que veo en este proyecto es el impecable Bill Murray. Cualquier película mejora si le incluyes en el reparto. Lo peor es que quizá aquí no esté en su salsa, no tanto porque no sea una comedia sino porque deba eliminar por completo de su rictus la socarronería. Con todo, creo que esta será una película correcta, entretenida, que ya es algo. Veremos si puede llegar a más.