Con una clarísima influencia góticamente burtoniana, es difícil no acordarse de La novia cadáver de Burton o Los mundos de Coraline de Selick cuando uno ve un par de fotogramas de la cinta. Y lejos de ser algo molesto, yo diría que es un gran elogio compararla de inicio con aquellas pequeñas obras de arte, pero que quizá la haga parecer prometer demasiado.
Ganadora del premio Enfants Terribles en el Festival de Gijón y nominada a los Goya a la mejor película de animación, lo peor que nos puede mostrar este film es una guión demasiado infantil pese a su protagonista adolescente, su trama llena de zombis y brujas y su aire barroco.
Sus creadores, Ricardo Ramón y Joan Espinach, firman su primer trabajo como directores, tras haber participado en títulos Dragon Hill y La isla del cangrejo o la nominada a los Oscar Chico y Rita y El Cid: La leyenda respectivamente.
Interesante incursión española en el lado oscuro de la animación. Veremos en que acaba tan alentadora presentación.