Subproducto comercial que trata de aprovecharse de algún derecho de explotación que no se sabe muy bien de dónde habrá salido.
La animación no tiene nada especialmente reseñable. Tampoco la banda sonora, ni el concepto... bueno, yo creo que ya seguís la idea. La película podría ser pasable si no fuera por los evidentes sinsentidos de gran parte del guión, pero supongo que ésta es la consecuencia de traer a un festival de cine fantástico un subproducto de bajo presupuesto destinado a los videoclubs. Lo más curioso de todo es que sea un producto americano trabajado por japoneses. Parece como si hubieran conseguido coger lo peor de Japón y lo peor de los EEUU. Y es que la trama se entrega a lo peor de la acción estadounidense mezclado con lo peor de los sinsentidos japoneses. Imagino que detrás de todo esto habrá estado el problema de haber tenido que coordinar a los siete estudios de animación que participan en la producción.
Sea como fuere, creía que ya se había superado esa fase del Anime.