Fur es la nueva película de Steven Shainberg. Pues genial, dirán algunos. Cierto, no es un nombre que suene demasiado pero, a muchos, quizá, sí les suene más el título de su anterior trabajo: Secretary, aquella enfermiza curiosidad protagonizada por Maggie Gyllenhaal y James Spader.
Como hiciera de aquellas, Shainbeg vuelve a apoyarse ahora en una pareja protagonista de calidad aunque, en este caso, desde luego estamos hablando de calidad en dimensiones mayores: Nicole Kidman, una de las grandes damas de la actuación, y Robert Downey Jr., un tipo tan talentoso como errático.
El objetivo del proyecto es, también, un nombre propio: Diane Arbus, interesantísima y depresiva fotógrafa que dio a conocer sus trabajos bien entrada ya la segunda mitad del siglo XX. De nuevo intento ponerme en el lugar del lector: ¡Otro biopic, vaya por Dios! Puede ser. Pero me fío de dos datos, especialmente, para esperar algo diferente, cuando menos.
El primero de ellos es esa extraña frasecilla que apoya al no menos extraño título de la película: Fur: an imaginary portrait of Diane Arbus. Un retrato imaginario. Enigmática propuesta. ¿Se saltarán a la torera Shainberg y compañía la realidad? (Tampoco olvidemos que, de ser así, la propuesta no es suya, sino de Patricia Bosworth, autora del libro en que se basa el guión de la película.)
Reflexionando sobre ello, apunto al segundo dato, de puro currículum, y es que Secretary ya mostraba unos intereses de lo más marcianos, así que uniendo ambas rarezas sonrío y me convenzo de que, quizás, tengamos una película interesante ante nosotros.
En cualquier caso, y aunque reconozca que la fotografía es un arte que me entusiasma (con el plus de interés que levanta en mi ante esta película), tampoco quiero ser ingenuo y esperar de Fur un peliculón, una grandísima sorpresa o una obra redonda. Dudo que lo sea, quizá ni siquiera se acerque. Pero, repito, repito, repito: va a ser muy interesante.