Pereza máxima para una película de éxito en la isla anglosajona con chavalería protagonista de por medio entorno a una invasión. Con la fuerza de una buena consecución en cuanto a lo digital cuando resulte necesario parece que el único aliciente será el intento de ver a Los panda del barrio en versión moderna.
Los creadores de Zombies party y Scott Pilgrim contra el mundo, esta última con pinzas pero apoyada por mí, no son excusa para adentrarse en una historia de comercio sencillo y sin respetar un género como tal. El aliciente para muchos, para mí no tanto, la presencia de Nick Frost como poder adulto absoluto, el mismo de Paul, Arma fatal o próximamente en la esperada Tintín y el secreto del unicornio.
Un cómico para una comedia con malo espacial, suena duro y cruel, suena a poco contenido, suena a niños con tirachinos modernos y en este debut en la dirección, no me apetece en absoluto.