Con la inestimable colaboración del listo de Banderas, este film que repetirá las archirepetidísimas situaciones con chicos conflictivos de New York (ya no lo son tanto), será un olvido en la cartelera si además hay que aguantarlo bailando al son de la industria.
La historia real de un profesor de baile que impartía sus conocimientos gratuitamente, Pierre Dulaine, es el telón de fondo, pero la cortina rasgada del guión y lo pedante de las lecciones no me anima ni siquiera a acercarme a las salas de cine.